Cien años después de su integración en el entonces pujante Puerto Cabras, Tetir ha recuperado su voz para contar su parte de la historia. Lo hizo en un emotivo acto celebrado en el Centro Cultural del pueblo, donde vecinos y expertos se reunieron para recordar una unión que marcó el devenir territorial de Fuerteventura pero que, durante décadas, mantuvo silencios sobre el relato de quien desapareció como municipio: Tetir.
La conmemoración, organizada por la Asociación de Vecinos Vega de Tetir San Andrés con motivo del centenario de la fusión, se convirtió en una noche de memoria, historia y sentimiento. El eje del acto fue la proyección de un videodocumento narrado por el historiador Carlos Vera, quien reconstruyó el recorrido del antiguo municipio desde sus orígenes hasta su anexión en 1925.
«Hubo un tiempo en que la actual capital majorera era la costa de Tetir y Casillas del Ángel era otro municipio», comienza el relato, planteando un viaje a una Fuerteventura donde las fronteras administrativas eran fluidas. Vera contextualiza la fundación del municipio de Tetir, con parroquia desde 1777 y ayuntamiento desde 1812, al calor de la Constitución de Cádiz. En el siglo XIX, Tetir reunía a un millar de personas, con economía basada en el sector primario, pero también marcada por la dureza del clima y la escasez de recursos.
La desaparición de Tetir como municipio no fue repentina, sino fruto de un desequilibrio de fuerzas. Mientras Puerto Cabras —por entonces dependiente parroquialmente de Tetir— ganaba protagonismo económico y social gracias a su puerto, Tetir atravesaba penurias que le impedían sostener su administración. “Puerto necesitaba crecer y Tetir estaba abocado a perder su independencia. Era algo irremediable”, explica el historiador. La integración se produjo en 1925, y un año más tarde ocurriría lo mismo con Casillas del Ángel.
Pero como recuerda Vera, “la historia guarda silencios”. Y uno de ellos es precisamente la versión de Tetir: no existen las actas municipales de 1925. “No sabemos hasta qué punto hubo resistencia, ni en qué condiciones exactas se tomó la decisión. Esas lagunas forman parte de la historia pendiente”, afirma.
El documental también destaca el peso simbólico de Tetir como raíz espiritual de Puerto Cabras. Durante años, este último careció de parroquia propia, y muchos de los apellidos fundacionales de la capital aparecen en los registros eclesiásticos de Tetir. “Tetir mantuvo su parroquia, su cultura y su identidad, incluso después de desaparecer como municipio”, señala Vera.
En la conversación que siguió a la proyección, moderada por Marusa Hernández, intervinieron también Paco y Sayo Cerdeña, junto al cronista oficial de Fuerteventura, Tero Brito, quien ofreció un análisis histórico sobre el impacto simbólico de la fusión y la necesidad de rescatar las voces de los pueblos que han quedado fuera de los mapas administrativos.
El acto concluyó con música tradicional a cargo de la Asociación Folclórica de Tetir y de los cantautores Ayla, Julia y Pedro Umpiérrez, en un cierre cargado de emoción y pertenencia.
“Este centenario es la oportunidad de mirar atrás y entender nuestro camino. No podemos hablar de Puerto del Rosario sin hablar de Tetir. Sería falsear la historia”, afirma Carlos Vera en uno de los mensajes más potentes de la noche. Porque recordar no es solo mirar al pasado, sino reivindicar una memoria que sigue viva en la gente, en las piedras y en la historia compartida de una isla.
