Las cifras son alarmantes: en España, la cocaína es omnipresente y con mucha frecuencia se pone al volante. Un 19% de los conductores sometidos a controles de drogas da positivo.
Son datos de un estudio de Línea Directa en colaboración con Fundación Española para la Seguridad Vial, titulado «STOP COCAÍNA: una adicción mortal. Presencia e influencia de la cocaína en los accidentes de tráfico», que pone de relieve la incidencia de esta sustancia en las carreteras españolas.
Una problemática a la que Canarias no es ajena. Si bien no es de las comunidades con mayor proporción de positivos en cocaína en controles de tráfico (Galicia, Baleares y Andalucía), sí que se ajusta a la media nacional, tal y como se puede ver en el siguiente mapa.
Según el instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, el 13% de los fallecidos en accidente de tráfico en 2022 dieron positivo en cocaína, una cifra que en los últimos diez años ha aumentado un 54%. La cocaína es la segunda sustancia psicoactiva más detectada en los controles de drogas realizados por la Guardia Civil, con un 19% de positivos de media nacional en 2023.
España es el 2º país europeo en consumo de cocaína
Además, según la European Monitoring Center for Drugs and Drugs Addiction España ocupa el segundo puesto del continente en consumo de cocaína, únicamente superado por Reino Unido. El mismo estudio, que analiza las tendencias de consumo, resalta que la nieve es el segundo estupefaciente más consumido en Europa, por detrás del cannabis.
Los jóvenes NO son los que más consumen
El mismo estudio revela que, al contrario de lo que pueda pensarse, no son los jóvenes los que más consumen. De hecho, el perfil mayoritario es el de hombre de 35 y 54 años que conduce un turismo o una moto.
Las noches de fiesta, los fines de semana y el verano son los momentos en los que se concentran los accidentes, que suelen ser vuelcos, choques frontales y golpes contra obstáculos.
Efectos secundarios devastadores
El European Drug Report, pone de relieve que el consumo de cocaína puede dar lugar a patrones de consumo dependientes y compulsivo, además de consecuencias adversas que pueden incluir agitación, psicosis, taquicardia, hipertensión, arritmia, dolor de pecho, provocar o agravar enfermedades cardiovasculares… Además, la cocaína y los estimulantes sintéticos pueden inducir o precipitar estados psicóticos, como la psicosis inducida por estimulantes. El uso prolongado e intenso de estimulantes retrasa la recuperación y empeora el pronóstico de recuperación.
Además de los potenciales riesgos para la salud, ponerse al volante bajo los efectos de este tipo de estupefacientes aumenta exponencialmente el riesgo de accidentes, ya que altera la percepción, la coordinación y el juicio. Además, son accidentes que suelen ser más graves y con mayor riesgo de provocar víctimas mortales. Los daños a terceros, las personas que viajan en el vehículo o que circulan por la misma vía, son otro de los riesgos del consumo al volante.
Medidas urgentes
Los datos que aportan estos estudios y análisis no sólo ponen de relieve la gravedad de la situación sino la necesidad de emprender acciones urgentes para poner coto al consumo:
- Campañas de sensibilización: Informar y concienciar a la población sobre los peligros de conducir bajo la influencia de la cocaína.
- Reforzar los controles de drogas: Aumentar el número de controles de drogas en las carreteras, especialmente en zonas de ocio nocturno y durante fines de semana.
- Medidas legales más severas: Aplicar sanciones más duras a los conductores que conduzcan bajo la influencia de drogas.
- Apoyo a las personas con adicciones: Facilitar el acceso a tratamiento y apoyo para las personas con problemas de adicción a la cocaína.
