OPINIÓN | Lola García Martínez, Portavoz de Coalición Canaria en el Cabildo de Fuerteventura.
Mi oposición y la de mis compañeros de Coalición Canaria a reclasificar suelo rústico de protección agraria con alto valor paisajístico para permitir la construcción privada de equipamientos de la industria del cine, comerciales y de ocio (proyecto Dreamland), ha provocado mi cese y el de mis compañeros en el Cabildo de Fuerteventura, a la vez que ha supuesto que estemos sufriendo una agresiva campaña de mentiras y descalificaciones, usando como excusa una encuesta electoral de una empresa privada.
Quizás, si hubiera levantado la mano a favor del “pacto de la ganga”, no hubiera pasado nada, pero la levanté en contra (y lo volvería a hacer), y es por ello que ahora llegan los bulos de supuestos expedientes bloqueados, las fake-news, las mociones sinsentido, plenos muy desagradables para la ciudadanía, descalificaciones personales y campañas mediáticas en mi contra.
Lo siento señores, pero han pinchado en hueso. No me dejo ni me dejaré amedrentar, porque aquí tienen a una majorera de Gran Tarajal que va de frente. Una mujer más en defensa de lo que más quiere: su isla y su gente.
Ni me distraen, ni me distraerán de mi verdadera prioridad: la Residencia de Mayores del sur de Fuerteventura, el Centro de Especialidades Médicas, los centros de salud comprometidos y no hechos, el IES de La Lajita, o la mismísima y tan prometida avenida de Gran Tarajal; y podría seguir enumerando demandas vitales, sin necesidad de recurrir a túneles submarinos, ni al falso ‘equilibrismo’.
Esas inversiones sí son prioritarias, y para agilizarlas sí que valen la pena mil y una declaraciones de interés general, y todos los esfuerzos del Cabildo, de los ayuntamientos y del Gobierno de Canarias. Primero está la verdadera defensa del interés público de Fuerteventura, frente a quienes quieren poner las instituciones públicas al servicio de la recalificación urbanística (a un precio de auténtica ganga, como le gusta decir al señor Lloret, a 50 céntimos el metro).
Tienen presupuesto desde hace varias legislaturas y, en algunos casos, tienen hasta proyectos. Lo único que falta es voluntad política para ordenar el suelo necesario y agilizar la tramitación urbanística. Buscar un solar para las buenas causas sí merece destinar a ese fin el trabajo de todo un departamento del Cabildo, del Gobierno autónomo o de la institución que se precie.
Gestionar su desbloqueo territorial era un millón de veces más urgente que dar prioridad a todos los ‘Dreamlands’ del mundo, pero para algunas fuerzas políticas como el PSOE, Podemos o AMF parece tener máxima urgencia responder a las necesidades de las promociones privadas, dedicar esfuerzos de todo tipo y argumentar lo indefendible para intentar justificar su voto a favor de la declaración de interés público del ‘Dreamland’, teniendo como opción prioritaria para su implantación el suelo rústico del malpey de Huriamen, en los alrededores del Parque Natural de las Dunas de Corralejo, todo ello de espaldas a la sociedad majorera que, lógicamente, ha reaccionado y se ha plantado ante esta medida. Una vez que alzaron la voz y les dijeron dos palabras bien dichas, intentaron recular de mil y una manera, pero ya es tarde, se han retratado.
Primero, acusaron a CC y PP por haber aprobado una necesaria Ley del Suelo, ley que en esta Legislatura el actual Gobierno de Canarias (PSOE, Podemos, NC y ASG), ha reformado para facilitar aún más las iniciativas privadas. Luego, intentaron lavar su dañada imagen con posicionamientos particulares y de sus juventudes para dar a entender que, finalmente, se optará por otra ubicación, en suelo urbano o industrial. Y saben que es falso: la declaración de interés insular que PSOE, Podemos, AMF y NC aprobaron en el Cabildo de Fuerteventura, prioriza el entorno entre las Dunas y la autovía como emplazamiento. Ninguna de las otras alternativas (sobre las que ni hay proyectos, ni memoria, ni estudios ambientales, ni de infraestructuras) se ubica en suelo industrial o urbano.
El esquema se repite en todos los emplazamientos posibles planteados: reclasificar suelo rústico para convertirlo en urbanizable. Nada nuevo bajo el sol.
Le podemos dar un nombre inglés, pero en Canarias ya llevamos sufriendo las consecuencias de ese tipo de negocios desde los años 70. Y ya está bien. Tenemos que aprender de los errores para no repetirlos.
Hay suelo industrial, urbano y turístico suficiente en la isla. Coalición Canaria dice un NO rotundo a la reclasificación de más suelo rústico/agrario de gran valor paisajístico para proyectos privados. Ahora sigan con la campaña, pero no me callan ni me van a cambiar el sentido de voto responsable con nuestra isla.
Sobre el esperado cese de mi equipo, que ha echado por tierra la gobernabilidad de la isla, decirles que ya es historia, porque el presente y futuro de Fuerteventura lo dictaminarán los majoreros y majoreras dentro de pocos meses, sin duda, muy poco tiempo para poder explicar el tremendo disparate de Sergio Lloret y sus socios, y para arreglar el caos público al que ha sometido a la máxima institución insular.
Mayor decencia, más prioridades y menos sueños, señores.