Nueva Canarias ha expresado su profunda preocupación ante la evidente inacción respecto al cierre de la Central Eléctrica de El Charco en Puerto del Rosario. El partido denuncia que tanto el Cabildo de Fuerteventura como el Gobierno de Canarias se encuentran sumidos en una hibernación institucional, marcada por lentitud de movimientos, dimes y diretes, anuncios que no se concretan, y la eternización de los problemas sin que se tomen decisiones cruciales para el futuro energético de la isla.
Argumentos que refuerzan la sospecha de Nueva Canarias
1. Falta de un plan claro y plazos definidos:
– A pesar de los anuncios públicos sobre la necesidad de cerrar la Central Eléctrica de El Charco, hasta la fecha no se ha presentado un plan concreto con plazos definidos que explique cómo y cuándo se procederá al cierre definitivo. Los compromisos han sido vagos y sin un calendario específico, lo que genera la sospecha de que no existe una voluntad real para ejecutar este cierre en un plazo razonable.
2. Actitud pasiva de la Consejería de Transición Ecológica:
– Nueva Canarias ha detectado un sospechoso titubeo en la postura de la Consejería de Transición Ecológica, dirigida por José Antonio Valbuena Zapata. Aunque se reconoce la necesidad de clausurar la planta, no se han dado pasos firmes ni se ha presentado un proyecto concreto para sustituirla por energías limpias. Esta indefinición prolongada sugiere una falta de compromiso genuino con la transición energética que Canarias necesita con urgencia.
3. Indefinición calculada de Unelco:
– Unelco, la empresa responsable de operar la central, ha adoptado una postura de indefinición calculada. Aunque reconoce la presión social y política para cerrar la planta, no ha tomado acciones concretas ni ha mostrado un plan transparente para el desmantelamiento de la misma. Esta postura parece indicar un intento de prolongar la vida útil de la central en busca de maximizar beneficios, lo que resulta inaceptable.
4. Ausencia de inversiones significativas en renovables:
– Pese a las reiteradas promesas del Gobierno de Canarias y el Cabildo de Fuerteventura de impulsar la energía renovable en la isla, no se han realizado inversiones significativas que permitan desarrollar de manera seria infraestructuras solares o eólicas capaces de suplir la capacidad energética de la central. Esta falta de acción reafirma la idea de que las autoridades están paralizadas ante la magnitud del problema.
5. Cierre aplazado como estrategia habitual:
– Nueva Canarias subraya que esta dilación en la toma de decisiones no es un fenómeno nuevo, sino que refleja un patrón que hemos visto repetidamente en la gestión de infraestructuras clave en Canarias. El aplazamiento constante de decisiones estratégicas impide que se aborden los problemas estructurales de fondo, condenando a la isla a perpetuar un modelo energético obsoleto y contaminante.
6. Impacto ambiental y social:
– Mientras la central sigue operando, los residentes de Puerto del Rosario continúan sufriendo las consecuencias ambientales y de salud pública derivadas de las emisiones contaminantes de la planta. La calidad del aire se ve comprometida y se agravan los problemas de cambio climático. Esto, sumado a la falta de acción clara, representa un grave perjuicio para los ciudadanos de la isla y el entorno natural de Fuerteventura.
Nueva Canarias se mantiene firme: el cierre de la Central es una obligación
Ante este escenario, Nueva Canarias-Frente Amplio Canarista reafirma que no tolerará más dilaciones ni excusas. El destino de la Central de El Charco es el cierre definitivo, y cualquier intento de prolongar su operación será enfocado como una traición al futuro sostenible de la isla. Fuerteventura no puede permanecer anclada a un modelo energético contaminante que es insostenible en todos los niveles. El compromiso de Nueva Canarias es claro: nos mantendremos vigilantes y continuaremos exigiendo medidas concretas tanto a la Consejería de Transición Ecológica como a Unelco, y no descansaremos hasta que el cierre de la central sea una realidad tangible y el futuro energético de Fuerteventura esté basado en energías renovables y limpias.
La ciudadanía merece respuestas y acciones, no más promesas vacías o excusas. El cierre debe ser inmediato y debe venir acompañado de un verdadero plan de transición hacia un modelo energético sostenible, que responda a las necesidades del presente sin comprometer el bienestar de las generaciones futuras.
