El Recinto Ferial de Gran Tarajal se convirtió en el epicentro del carnaval majorero con el esperado Concurso de Murgas 2025, el único que se celebra este año en la isla. Con un ligero retraso en el arranque, el evento no defraudó y regaló una velada cargada de ironía, crítica y carcajadas.

Desde el inicio, la noche contó con la presencia de Guacimara Gil, actriz e improvisadora, quien, como presentadora del concurso, lo hizo de forma brillante, marcando el tono festivo y desinhibido que caracterizó la velada. Su intervención abrió el camino para una noche en la que el humor se mezcló con la denuncia y la tradición popular.

La gran vencedora de la noche fue Las Chichifladas, que se alzaron con los premios a Mejor Interpretación, Mejor Vestuario y Mejor Maquillaje, además del galardón a la Letra Más Pícara. Pero el verdadero premio se lo llevó el público, que vibró con las letras afiladas y las críticas sin filtros a la realidad política, social y cultural del municipio.

Desde la murga infantil Pizpiretas hasta la actuación especial de Chirimurga La Chiringa, cada grupo aportó su toque único a una noche que dejó claro que el carnaval sigue siendo el gran altavoz del pueblo. En primera fila, la alcaldesa Candelaria Umpiérrez, la presidenta del Cabildo Lola García, la concejala Dulce García y el consejero Miguel Andújar aguantaron estoicamente el chaparrón de críticas. «Con sonrisa, pero tomando nota», como diría cualquier buen político con reflejos.

A continuación, un repaso por cada una de las murgas y sus actuaciones:

Murga Infantil Pizpiretas: Los pequeños también tienen cosas que decir

Los más jóvenes del carnaval abrieron la noche con su tema «Había una vez», demostrando que el ingenio y la denuncia no tienen edad. Su letra transformó la realidad municipal en un circo de políticos donde todo es promesas y poco es acción.

«Que la obra de mi cole no tiene fin y casi no quieren intervenir», cantaron con la frescura de quien todavía cree que los políticos escuchan. Pero no se quedaron ahí: denunciaron el abandono de los parques, la falta de atención a la infancia y la desidia municipal. «Vamos a contar verdades», proclamaron con valentía.

La ovación del público dejó claro que su mensaje había calado. ¿Tomaron nota en la platea? Habrá que esperar al próximo carnaval para ver si la historia cambia o si vuelven con la misma canción… literal.

Los Cuca Libres: Treinta años de sátira y un juicio sin piedad

Los Cuca Libres celebraron sus 30 años en el carnaval con una puesta en escena implacable: un juicio pirata en el que ajustaron cuentas con la política majorera. No se libró nadie.

Lola García, presidenta del Cabildo, fue acusada de «vender el suelo majorero a empresas de fuera».
La alcaldesa Candelaria Umpiérrez, condenada por «pasotismo, dejadez y abandono».
Dulce García, concejala de Deportes, sentenciada por «dejar morir los eventos deportivos y culturales».

El público, entregado, coreó las rimas más afiladas. Y en la platea, los aludidos aguantaron con sonrisa, pero sin contestación. La sátira no se detuvo ahí: la crisis de vivienda, la inseguridad y la gestión municipal fueron repasadas con dureza. «Tuineje es el peor de todos los municipios», sentenciaron.

El segundo premio de interpretación fue suyo, y la sensación de haber dejado huella, también.

Las Chinchosas: La murga debutante que no se mordió la lengua

Si alguien pensó que por ser nuevas serían más suaves, se equivocó. Las Chinchosas llegaron con fuerza y con un mensaje claro: «Este no es un mundo de buenos y malos, pero la política cada vez lo parece más».

Denunciaron la falta de políticas de igualdad, la hipocresía en ciertos discursos sobre violencia de género y la instrumentalización de la infancia en divorcios conflictivos. «Tu hijo no se negocia, es su infancia la que destroza», cantaron.

Pero su gran momento llegó con su segundo tema, «La caja tonta y tontos los que votamos», un repaso demoledor a los medios de comunicación y la política municipal. «Lo hace todo bien en redes, pero en la gestión mejor ni preguntar», ironizaron.

Las Chorongas: Televisión, política y surrealismo en estado puro

Las Chorongas llevaron la sátira a otro nivel con su espectáculo «Los políticos y el juego del hambre», convirtiéndose en concursantes de un reality donde el premio era algo tan básico como un servicio público que funcione.

Desgranaron con ironía la precariedad, la vivienda y el caos en la sanidad pública, criticando que conseguir cita médica se ha convertido en un sorteo de lotería. «La administración pública juega al escondite, pero nunca se deja encontrar», denunciaron, provocando carcajadas y asentimientos entre el público.

Su repaso a la gestión municipal no dejó títere con cabeza. «David (concejal de Tuineje) no sabe ni lo que lleva, pero cobra puntualmente», lanzaron sin miramientos.

Su actuación destacó por un humor ácido y una puesta en escena creativa que convirtió la burocracia y la política en un esperpento televisado.

Las Chichifladas: Las grandes triunfadoras del carnaval

Vestidas de pitonisas carnavaleras, Las Chichifladas hicieron su aparición proclamando: «Nosotras no predecimos el futuro, lo tuneamos». Con esta afirmación, se lanzaron a desmenuzar los males del presente con un humor que rayaba en la genialidad.

Su sátira no tuvo piedad con la gestión municipal ni con los escándalos recientes. «Dulce, si grabas audios, al menos piensa antes de hablar», en clara alusión a los polémicos mensajes de la concejala. Además, pusieron el foco en la invisibilidad de los concejales: «¿Dónde está Miguel? No en su despacho, seguro».

El clímax de su actuación llegó con el tema «Esperanza no, gracias», donde afirmaron que las promesas políticas son tan efímeras como los horóscopos. «Si esto funciona no es gracias a ti, sino a quienes de verdad trabajan», cantaron, en un homenaje a la ciudadanía.

Se llevaron todos los grandes premios de la noche, consolidándose como la gran murga del año.

Chirimurga La Chiringa: El broche de oro

Mientras el jurado deliberaba, Chirimurga La Chiringa puso el broche final con su humor irreverente. «Si no te gusta el carnaval, cambia de canal», cantaron, dejando claro que aquí no hay espacio para aguafiestas.