El Laboratorio de Calidad del Aire de Canarias (AirCanLab) ha identificado cuatro fuentes principales de contaminación atmosférica en el archipiélago: la sal marina, las emisiones locales (principalmente tráfico), el polvo sahariano arrastrado por las calimas y la contaminación industrial procedente del norte de África. Así lo ha expuesto este martes en la presentación de su primer informe anual, realizada en la sede del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA-CSIC), en Tenerife.
A la presentación asistieron el consejero de Transición Ecológica y Energía del Gobierno de Canarias, Mariano Hernández Zapata; el vicepresidente del CSIC, Carlos Closa, y el investigador responsable del laboratorio, Sergio Rodríguez González.
El AirCanLab analizó 1.064 muestras de partículas PM10 —un indicador clave en la medición de la calidad del aire— recogidas en estaciones ubicadas en La Graciosa, Fuerteventura, Gran Canaria y Tenerife. Cada muestra reveló la presencia de más de 80 elementos y compuestos distintos. Según Zapata, estos datos permiten “conocer con precisión la composición del aire en Canarias” y “el origen de las partículas respirables que afectan tanto a la salud humana como al medio ambiente”, lo que resulta clave para “diseñar políticas públicas eficaces”.
El investigador Sergio Rodríguez subrayó que, en condiciones normales, los vientos alisios traen aire “muy limpio y mucho mejor que en Europa continental”, con concentraciones de PM10 en torno a los 22 microgramos por metro cúbico. Más del 50 % de esas partículas corresponden a sal marina y emisiones locales. Sin embargo, los niveles se disparan cuando las masas de aire provienen del norte de África.
Durante esos episodios, se detectan elevadas concentraciones de nitratos, sulfatos, aerosoles orgánicos y metales pesados, vinculados a actividades industriales en Marruecos y Argelia, como refinerías, plantas fertilizantes, centrales eléctricas y metalúrgicas. “Estos contaminantes pueden multiplicar por veinte sus concentraciones respecto a un día normal”, advirtió Rodríguez, quien también alertó de su impacto negativo en la salud y la biodiversidad terrestre y marina.
Las calimas registradas en 2024 provocaron los mayores niveles de partículas PM10, alcanzando hasta 300 microgramos por metro cúbico. En esos casos, el 70 % de las partículas eran polvo sahariano, seguido por un 15-18 % de contaminación industrial africana, un 10 % de sal marina y un 2 % de emisiones locales.
El proyecto AirCanLab, financiado con 2,6 millones de euros, busca adaptar las estrategias de control de calidad del aire a la futura directiva europea que entrará en vigor en 2030. Las estaciones de medición están situadas estratégicamente: La Graciosa actúa como referencia del aporte de los alisios, Puerto del Rosario es uno de los principales puntos de entrada de las calimas, y Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife representan las mayores zonas urbanas del archipiélago. A estas se sumarán próximamente otras dos estaciones en el sur de las islas capitalinas.
