Julia Castro, conocida cariñosamente como “Yulia”, es mucho más que una campeona de deportes acuáticos: a sus 30 años, esta joven de Morro Jable ha llevado el nombre de Fuerteventura por el mundo con su tabla y cometa, y ahora se dispone a compartir su inspiradora travesía en un documental. Su recorrido, forjado entre el viento y las olas de la isla, la ha convertido en un símbolo local de perseverancia y orgullo insular, abriendo camino para las nuevas generaciones con cercanía y pasión. A continuación, repasamos su trayectoria deportiva desde los inicios hasta hoy, su impacto como mujer canaria en disciplinas dominadas por hombres, y el nuevo proyecto audiovisual con el que dará voz tanto a su historia como a la realidad deportiva y medioambiental majorera.
De Morro Jable a la élite mundial: una trayectoria de pasión y perseverancia
Julia nació prácticamente con el mar en las venas. Hija de instructores de buceo en Morro Jable, creció entre botellas de oxígeno y a los 8 años obtuvo su primera certificación de buceo. De niña probó todos los deportes que tuvo a su alcance –desde karate hasta vela y balonmano–, pero fue en el atletismo donde inicialmente brilló, llegando a ganar cuatro medallas de oro en un campeonato de Canarias a los 17 años. Sin embargo, una inesperada lesión de rodilla frenó en seco su prometedora carrera en la pista. Lejos de rendirse, aquella contrariedad cambiaría su destino: durante la recuperación, Julia descubrió el kitesurf al trabajar como voluntaria en el campeonato mundial de kite en Fuerteventura, donde quedó fascinada viendo a los profesionales surcar el cielo con sus cometas. Con la determinación que la caracteriza, decidió que ese sería su nuevo camino.
Los comienzos no fueron fáciles. Julia aprendió kitesurf literalmente a cambio de fotos: ofreció sus habilidades de fotógrafa amateur a unos amigos riders, quienes a cambio le enseñaron a manejar la cometa. Durante meses hizo autostop y recorrió 60 km diarios en guagua hasta Playas de Jandía para entrenar, pidiendo prestado equipo viejo hasta poder comprarse su primera tabla con ahorros y premios de fotografía. Su esfuerzo pronto rindió frutos: tras un año de práctica, en 2012 se atrevió a competir y logró tercer puesto de España en freestyle y olas, y poco después subió otra vez al podio en el prestigioso Tarifa Masters of Kite, nada menos que junto a la 10 veces campeona mundial Gisela Pulido. En 2013 se proclamó subcampeona de Europa júnior, y en 2014 alcanzó el top 10 mundial en el Campeonato del Mundo de Fuerteventura. Julia comenzaba así a hacerse un nombre entre la élite.
Lejos de encasillarse, Julia ha sido una atleta polivalente en deportes de tabla. Además de brillar en kiteboard, se aventuró en el wakeboard y logró proclamarse cuatro veces campeona de España entre 2016 y 2019. También alcanzó logros internacionales como el título de campeona de freestyle en Filipinas y el subcampeonato del mundo en la modalidad kite park en 2018. En años recientes, Castro ha vuelto al mar abierto para competir en kitesurf de olas y en la emergente disciplina del wing foil, obteniendo victorias como el Campeonato Ibérico GWA de Olas 2022 en wingfoil y podios nacionales en kitesurf strapless. No importa la tabla o la modalidad, Julia siempre encuentra la manera de deslizar su sueño sobre el agua.
Pero ningún camino hacia la cima está exento de obstáculos. A lo largo de su carrera, Julia ha encarado más lesiones de las que puede contar con los dedos de las manos: dos roturas de hombro derecho, otra en el izquierdo, operaciones de rodilla, problemas de espalda y un sinfín de golpes. “El deporte de élite es durísimo”, confesaba, reconociendo que durante años compitió con recursos limitados y mucho estrés para financiarse. Sin embargo, cada revés la hizo más fuerte. Con una resiliencia aprendida a base de caídas, Castro afronta cada lesión con mentalidad fría y positiva: “El hombro lo lloré dos días… luego dije, venga, ¿qué tengo que hacer? Vamos para adelante”. Paso a paso, ha conseguido siempre volver al agua, reinventándose cuando fue necesario. Si algo define a Julia es la perseverancia; en sus propias palabras: “Si lo tuviera que volver a hacer, lo volvería a hacer todo igual”.
Orgullo canario en el agua: rompiendo barreras y siendo referente
En una tierra de viento y mar como Fuerteventura, Julia Castro se ha convertido en todo un referente deportivo y social. En un ámbito donde aún es poco común ver a mujeres canarias en la élite, ella ha abierto brecha llevando su bandera isleña allá donde compite. “Una chica de tan solo 30 años que lleva a su isla, a su deporte y a su pasión por las causas bonitas allá donde va”, así la presentaban en una reciente entrevista. Y es que Julia nunca olvida sus raíces: lleva “Fuerte” hasta en su nombre artístico, presentándose en redes como “FuerteJulia”. “Me encanta recordar de dónde vengo; nombrar a mi isla me mantiene humilde”, explica.
La historia de Julia también es la historia de una mujer canaria que inspira con su voz y trabajo fuera del agua. Con estudios en comunicación, Castro ha desarrollado una faceta profesional como comunicadora y community manager en el mundo del deporte. “Llego a un evento y cojo un micrófono y lo presento, hago las entrevistas, grabo los vídeos, vuelo el dron… lo edito y lo subo a redes con los textos”, resume. Esa versatilidad ha sido una tabla de salvación durante sus temporadas lesionada: “Llevo tres años de hospital en hospital… me ha venido de lujo poder salir y trabajar en lo mío, lo que me apasiona, y ayudar a otros deportistas”.
A comienzos de este año, Julia sorprendió a sus seguidores al compartir un mensaje muy personal: fue operada de un precáncer de cuello de útero, detectado a tiempo gracias a su insistencia médica. “Esto es tan fácil como la prevención”, afirmaba en un vídeo que rápidamente se viralizó. “Si no quieres ver el resto del vídeo, perfecto, pero vete al ginecólogo”, decía, destacando la importancia de una revisión anual. “Háganse el chequeo. Cuídense mucho”, insistía. Su mensaje de salud y autocuidado tuvo un impacto notable en redes y medios, sumando un nuevo capítulo inspirador a su historia.
Su historia en la gran pantalla: el documental de Julia y Fuerteventura
Ahora, Julia Castro se prepara para dar un salto diferente: de las competiciones a los escenarios de cine. Está inmersa en la producción de un documental autobiográfico con el que busca compartir no solo su vida, sino también la esencia de Fuerteventura. “A través de la historia que te voy a contar vamos a poder ver una Fuerteventura que rara vez hemos visto”, adelantó, señalando que tendrá “un gran componente medioambiental”.
Con el respaldo de una productora madrileña, y patrocinadores como Mini, Foil Drive o instituciones como el Cabildo de Fuerteventura y el Ayuntamiento de La Oliva, el proyecto ya está en marcha. “Fuerteventura va a ser un gran protagonista en el documental”, afirma con ilusión. El rodaje comenzará en breve y Julia ya imagina una premiere local: “La idea es hacer una premier aquí en la isla y que venga todo el mundo a verlo”. Luego, la cinta se moverá por festivales de cine europeos, con el sueño de llegar a plataformas audiovisuales. “Ojalá acabemos en una plataforma grande, es el gran objetivo”, confiesa.
“Mi vida es la de todos los canarios”, dice Julia. Y ese espíritu colectivo será el alma del documental: dejar un legado que inspire a las nuevas generaciones. “Que otros niños puedan ver que tú puedes ser deportista como trabajo y que les inspire a salir, a volver, a hacer cosas”, añade. Porque si algo ha demostrado esta majorera incansable es que desde Fuerteventura también se puede volar alto. Y su historia, sin duda, seguirá inspirando mucho más allá del mar.