El despropósito de la súper liga europea’, por Luis Alberto Serrano.
Según Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, esta Súper Liga nace para salvar al fútbol. Perdóneme que discrepe. Será para salvar “SU” fútbol. Es verdad que todos, en la vida, aspiramos a jugar en una liga mayor. Los que siempre hemos sido pobres queremos jugar en la de los ricos. Muchos, nos esforzamos por ascender y otros, se conforman con vivir en la cómoda mitad de la clasificación criticando que no pueden aspirar a más porque el sistema no les deja. Pamplinas. Con esfuerzo, se consiguen cosas.
Pero, para que los que están en los puestos inferiores de la clasificación puedan subsistir y no desaparezcan, hemos creado una sociedad que, de alguna manera los proteja. Se crea la seguridad social libre y “gratuita”, el seguro de desempleo, la beneficencia, etc. Herramientas solidarias con lo que, los que tenemos dinero, ayudamos a los que no lo pueden tener. Ahí es donde falla esta pretensión de hacer una Super Liga Europea de fútbol. Los clubes grandes, como se ha hecho hasta ahora, deben ayudar a que el sistema se mantenga en un equilibrio que garantice la igualdad de oportunidades a todos los participantes.
Les pongo en antecedentes. 12 equipos de primer nivel quieren una liga para ellos solos. Seis ingleses (Manchester United, Liverpool, Chelsea, Manchester City, Arsenal y Tottenham), tres italianos (Juventus, Milan e Inter) y los tres españoles (Real Madrid, Barcelona y Atlético) serían los miembros fundadores y participarían siempre. Siempre, para siempre, “por la cara”. Luego habría tres fijos más y cinco invitados cada año.
Me parece un ejercicio de insolidaridad descomunal que hará explotar los verdaderos cimientos en los que se fundamenta el fútbol y el deporte en general. Ya no se tendrían en cuenta los méritos deportivos para alcanzar el “premio” de jugar en la mayor competición de clubes de Europa. De esta manera se lo asegurarían de por vida. Pero, hay cosas que me parecen mucho más graves. El deporte es superación, es lucha, es constancia; aunque, también, entiendo que es un negocio. Concibo que estos equipos, que están perdiendo mucho dinero debido a la ausencia de público en los estadios, necesiten imperiosamente ingresar efectivo con el que pagar los sueldos de los jugadores y técnicos. Pero el deporte es competir en igualdad de condiciones y eso es una “ley inviolable”. En eso radica la grandeza del fútbol. En que un Alcoyano pueda eliminar al Real Madrid en la Copa del Rey me parece sublime. Eso se lo van a cargar por arrogancia y con alevosía.
Los equipos han vivido sobredimensionados durante décadas. Han basado el desmesurado incremento de las fichas de los futbolistas en los últimos años en los ingresos aportados por las televisiones. Por esto se ha llegado a un nivel en el que los ciudadanos vemos injusto lo que cobran los jugadores, por el solo hecho de meter el balón en una portería. Aunque ya escribí una vez que los culpables no son ellos precisamente, si no todos los que creamos la audiencia de los partidos en televisión y los que son capaces de pagar, todas las semanas, 120 euros por ver un partido en el estadio. Ahora se ven que tienen que pagarle esos “pastizales” a los jugadores y no saben cómo.
Siempre he defendido que la gente vale el dinero que es capaz de generar. Si van 80.000 personas a un estadio a ver a Messi, entiendo que parte de la recaudación sea para él. Pero ahora estamos en un escenario diferente. Ahora “nadie” va a ver fútbol porque se celebran sin público. ¿Por qué debería de seguir ganando el mismo sueldo? No lo entiendo. Los clubes deberían incidir en aliviar su crisis por ahí, bajando los sueldos estratosféricos de sus estrellas. Adecuando el sistema a los tiempos pandémicos. Ahí se equilibraría la balanza actual. Esto mismo lo dice hoy Rummenigge, presidente del Bayer Munich. Pero no. Quieren seguir con su holgura a costa de los equipos pobres. Y me niego.
Si se crea la Súper Liga habrá “partidazos” de primer nivel todas las semanas. Yo, que soy futbolero, podré ver un Real Madrid contra la Juventus y al día siguiente un Barcelona contra el Manchester United. Será como tener unas semifinales de la Champions League, en vez de una vez al año, todas las semanas. Suena atractivo, ¿verdad? Pero, ahora quién va a ver un Villarreal contra el Betis teniendo la otra oferta. Se lo digo yo: sólo los aficionados locales de esos clubes. Y la audiencia de los partidos de la Liga española (la que algunos llaman “la mejor del mundo”) perdería todo el interés de los aficionados. Si tiramos del hilo, me salen las cuentas: a menos interés, menos audiencia en televisión; a menos audiencia, menos pago a los equipos; a menos pago, menos ingresos; a menos ingresos, menos sueldos a los jugadores. Al final, se conseguiría que la actual Liga fuera un elemento de segunda. Y sólo para favorecer los intereses de tres equipos “insolidarios” que lo quieren todo para ellos.
Ya se alzan las voces en contra de esta Súper Liga. Va a ser una batalla, y me atrevo a preconizar que acabara sucumbiendo, porque por encima de los intereses económicos está el verdadero espíritu deportivo. El de todos contra todos en igualdad de condiciones. Sin dopping físico y sin el financiero, tampoco. Yo, aviso, si esa propuesta se consolida, pongo aquí, por escrito, que no veré ninguno de los partidos. Son mis formas de luchar contra la injusticia social.
PD: En el momento que escribo esto, parece que empieza a imperar la cordura y alguno de los clubes fundadores están dando marcha atrás. Espero que mis amigos en América no copien, ni se les ocurra, estos despropósitos deportivos y sigamos teniendo un deporte limpio en el que todos compitamos con igualdad de oportunidades.