El diario El Mundo ha recopilado algunos de los lugares abandonados más aterradores de España. Uno de ellos está en Fuerteventura, es el caso del impresionante transatlántico SS América que quedó atrapado frente a las playa de Garcey, uno de los buques norteamericanos más lujosos y ambiciosos, inaugurado en 1940.
Durante años su silueta formaba parte del paisaje de la isla, actualmente tan solo se puede ver parte del buque durante la marea baja.
Desde su inauguración, el transatlántico se encargó de transportar y llevar de vacaciones a los individuos más ricos del mundo.
En un período de la II Guerra Mundial se transformó para servir de apoyo al ejército de la marina. Cuando la guerra terminó, el barco pasó por diferentes manos y cambió de nombre en varias ocasiones, pero ya había perdido el glamour por el que anteriormente se le había conocido. Un empresario de Bangkok lo compró con la intención de convertirlo en un hotel flotante en Tailandia.
Sin embargo, mientras lo remolcaba para trasladarlo al país asiático, estalló una fuerte tormenta que dejó el buque a la deriva, encallando finalmente frente a las costas de Fuerteventura. La tripulación del remolcador fue rescatada pero el buque quedó encallado.
El barco sufrió expolios por parte de algunas personas que se llevaron del mismo todo cuanto de valor encontraban. Poco a poco el número de gente que accedía fue disminuyendo y tan sólo los más intrépidos se arriesgaban a subir al barco y buscar entre los restos.
Fueron precisamente estas muertes las que propiciaron que al navío se le empezara a conocer como “el barco fantasma”.
En 1994, debido a los efectos corrosivos del mar, el buque se partió por la mitad y fue en 2007 cuando el mar se tragó el barco por completo.
Si nos acercamos a la playa majorera de Garcey con algo de paciencia en un día de marea baja, es posible que podamos llevarnos una imagen del trozo de cubierta del barco fantasma de Fuerteventura, que a veces queda al descubierto.
Y por eso catalogan a Fuerteventura como uno de los lugares mas aterradores, echale mojo¡