Las aguas de casi todo el litoral del puerto de Gran Tarajal, en Fuerteventura, reúnen “la máxima limpieza y calidad ambiental”, tras ser objeto de la mayor campaña de biorremediación hecha en Europa, con una inversión de 800.000 euros y el empleo de 200.000 litros de tratamiento bacteriano, según Puertos Canarios.
El viceconsejero de Infraestructuras y Transportes del Gobierno canario, Gustavo Santana, y el gerente de Puertos Canarios, Manuel Ortega, han informado este viernes a la alcaldesa de Tuineje, Esther Hernández, de la actuación llevada a cabo para combatir los restos de hidrocarburos vertidos durante el naufragio de varias gabarras en febrero de 2018.
Los dos representantes del Gobierno canario, que realizaron un balance de las actuaciones desarrolladas por la Consejería para recuperar la buena calidad de las aguas de este puerto majorero, trasladaron también a la alcaldesa el objetivo de la Consejería de iniciar en próximas fechas los trabajos de la cuarta campaña de limpieza de los fondos, señala en un comunicado la Consejería de Obras Públicas, Transportes y Viviendas regional.
En él se indica que con esta limpieza se atajarán los dos únicos puntos de la dársena en los que aún quedan restos de hidrocarburos y pondrá fin a las labores para devolver a Gran Tarajal la normalidad y la calidad de sus aguas.
Puertos Canarios además tramita las sanciones administrativas y las reclamaciones patrimoniales en los tribunales de Justicia contra los responsables del suceso, con el objeto de verse resarcido del conjunto de los costes citados, señala la nota.
Según la Consejería, el Dictamen del Consejo Consultivo de Canarias, preceptivo para poder tramitar estas sanciones, ha sido favorable al ente Puertos Canarios, tanto en sus decisiones para actuar de oficio y de forma inmediata evitando daños mayores, como en sus reclamaciones frente a la naviera y consignataria, a las que considera plenamente responsables
El suceso que motivó esta campaña de biorremediación tuvo lugar entre el 23 de febrero y el 1 de marzo de 2018, a causa del fuerte viento y oleaje que ocasionó un tren de borrascas sobre el archipiélago.
El tercer y último temporal, denominado Emma, afectó de forma directa al puerto de Gran Tarajal incidiendo de pleno en la dársena exterior y la línea de atraque del muelle comercial, donde se encontraba atracada una flota formada por diez embarcaciones, cuatro remolcadores y seis barcazas.
La acción del temporal tuvo como resultado el naufragio de ocho de las diez embarcaciones.
Desde el primer momento se declaró la emergencia con objeto de retirar de la dársena los restos del naufragio y neutralizar los derrames de hidrocarburos y otras sustancias producidos por el incidente y por las propias labores de rescate, para lo que se emplearon distintos medios, mecánicos de extracción y filtrado, y biológicos para bio remediar la afección a la zona afectada.
Uno de los riesgos del hundimiento de la flota y del proceso de rescate realizado durante nueve meses, fue la posible contaminación por hidrocarburos y metales pesados, razón por la que se contrató una dirección técnica especial para todas las operaciones medioambientales y se diseñó y ejecutó un Plan de Vigilancia Ambiental específico para Gran Tarajal.
El gasto directo de Puertos Canarios en la recuperación de la dársena ascendió a 7,5 millones de euros distribuidos de la siguiente manera, 4,5 destinados a la extracción de los restos del naufragio, dos millones destinados a labores de recuperación medioambiental y un millón destinado a la ejecución de las obras de reconstrucción del dique. EFE