El interés de Carrefour por adquirir HiperDino, la cadena de supermercados líder en Canarias con más de 250 establecimientos y una cuota de mercado cercana al 30%, ha reavivado el debate sobre el futuro de la soberanía alimentaria en las islas y el control local de sectores estratégicos.
Aunque la dirección de DinoSol —propietaria de HiperDino y SuperDino— insiste en que “no hay ni acuerdo ni negociación en marcha”, fuentes empresariales y distribuidoras dan prácticamente por hecha la operación. El consejero delegado, Javier Puga, fue claro esta semana al negar avances formales, pero reconoció que “todo depende de la cantidad de dinero que se ofrezca”, confirmando que la propiedad estaría dispuesta a vender si el precio es el adecuado.
El interés de Carrefour no es nuevo. En mayo trascendió que el grupo francés había tanteado la compra por más de 1.100 millones de euros, apoyado por la firma de inversión Arcano, lo que situaría la operación entre las mayores del año en España. La multinacional busca reforzar su modelo de proximidad, en un contexto donde las grandes superficies pierden ventas frente a formatos medianos y de barrio, el espacio en el que HiperDino es líder en el archipiélago.
Riesgos de la operación
Analistas y voces críticas con la posible venta advierten de varias consecuencias:
- Empleo en riesgo. HiperDino emplea a unas 10.000 personas en Canarias. La entrada de Carrefour podría conllevar ajustes de plantilla debido a la implantación de sistemas de auto-checkout y automatización, tendencia habitual en la multinacional para reducir costes.
- Impacto en el sector primario. HiperDino mantiene relaciones consolidadas con agricultores, ganaderos y pescadores locales. Una gestión globalizada podría sustituir progresivamente productos locales por cadenas de suministro internacionales, debilitando la economía rural y reduciendo la presencia de referencias canarias en los lineales.
- Concentración del mercado. Con la absorción de HiperDino, Carrefour pasaría a tener una posición dominante en Canarias, en un escenario donde ya operan otras cadenas externas como Mercadona, Lidl, Aldi o Alcampo. La concentración comercial podría traducirse en menor diversidad de oferta, precios menos competitivos y una mayor dependencia de decisiones corporativas tomadas fuera del archipiélago.
- Identidad y arraigo. Más allá de lo económico, HiperDino se ha convertido en un símbolo de identidad canaria. Fundada en 1947 en un pequeño comercio familiar de Las Palmas de Gran Canaria, la cadena ha vivido varias etapas de propiedad extranjera hasta que en 2012 volvió a manos de empresarios locales, liderados por los hermanos Domínguez y Javier Puga. Su recuperación fue celebrada como un triunfo del capital canario frente a la deslocalización.
Comparaciones con otros territorios
El debate también se centra en el papel que deben jugar las instituciones. En el País Vasco, Carrefour intentó adquirir la cadena Uvesco en 2024, pero la oposición frontal del Gobierno autonómico frenó la operación para proteger a los grupos locales Eroski y Uvesco, que juntos controlan la mitad del mercado. En Canarias, por ahora no se ha planteado una estrategia institucional para condicionar la venta, pese a tratarse de un sector tan sensible como la alimentación en un territorio insular y frágil.
Diversos analistas reclaman que el Gobierno de Canarias explore mecanismos de control, como la intervención de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), normativas autonómicas específicas o incentivos para preservar contratos con proveedores locales. También se propone fomentar cooperativas de distribución alimentaria, como sucede en el País Vasco con el modelo de Mondragón.
Expectación en el mercado
Mientras tanto, en el sector de la distribución canaria se da por hecho que Carrefour presentará una oferta “jugosa” que podría satisfacer a los accionistas de DinoSol. El runrún empresarial se intensificó la semana pasada, cuando proveedores y competidores recibieron llamadas diarias preguntando por la confirmación de la operación.
De cerrarse la compra, Carrefour consolidaría una posición inédita en Canarias, pasando de ser un actor secundario a controlar el grueso del mercado alimentario. La operación supondría, además, un nuevo capítulo en la compleja historia de la cadena: desde su origen familiar en los años cuarenta hasta sus diferentes etapas en manos de fondos internacionales, pasando por la recuperación en 2012 por capital local.
El desenlace, todavía incierto, marcará un punto de inflexión en el modelo económico de las islas. Para algunos, sería la modernización definitiva del sector; para otros, un paso más hacia la pérdida de soberanía económica y de control sobre un ámbito vital como la alimentación.
