La noche más mágica del año. Así la consideran muchos desde tiempos inmemoriales. Un momento de cambio, de purificación, de pedir deseos. El domingo miles de canarios se congregaron en las playas, plazas y calles del archipiélago para celebrar la mágica Noche de San Juan. El fuego, la música, la gastronomía y los tradicionales rituales llenaron de alegría y color una noche que marca la llegada de la temporada estival y la despedida del invierno.
Las islas se llenan de tradición, música, gastronomía y pirotecnia para celebrar el solsticio de verano
El culto al sol: un legado ancestral
Es imposible datar el origen de los ritos de la Noche de San Juan, ligados a las celebraciones paganas del solsticio de verano. En esos días las culturas antiguas rendían culto al sol, símbolo de vida y energía, y realizaban rituales para propiciar la fertilidad y la abundancia en las cosechas. En Canarias, hay historiadores que consideran que los antiguos aborígenes asociaban estas fechas al año nuevo y que por eso realizaban ritos en honor a Magec, pidiendo bonanza para el futuro.
Con la llegada e imposición de la fe cristiana, la festividad adquirió un nuevo significado y quedó asociada al nacimiento de San Juan Bautista. Sin embargo, muchas de las tradiciones paganas se mantuvieron, dando lugar a una celebración sincrética que combina elementos religiosos y populares.
Un crisol de tradiciones
A lo largo de los siglos, la Noche de San Juan ha ido tejiendo un rico tapiz de tradiciones que varían de una isla a otra en Canarias. Entre las más extendidas se pueden contar:
- Las hogueras: El elemento central de la celebración. Se cree que el fuego purifica, ahuyenta a los malos espíritus y atrae la buena suerte.
- Los saltos sobre las hogueras: Un ritual que, según la creencia, limpia y ayuda a dejar atrás las malas energías.
- Los deseos escritos: Se escriben deseos en papeles que luego se queman en las hogueras para que se cumplan. O, por el contrario, todo aquello que se quiere que las llamas devoren para que se quede en el pasado.
- Los baños en el mar: Se cree que el agua del mar tiene propiedades purificadoras y curativas en esta noche mágica.
- Las sardinas asadas: Uno de los platos típicos de la cena de San Juan, junto a las papas arrugadas y el mojo picón, que nunca pueden faltar en una mesa canaria.
- Los fuegos artificiales: Un espectáculo que llena la noche de luz y color y que pone el broche de oro a los festejos en muchos lugares.
Más allá del fuego
La Noche de San Juan en Canarias no se limita a las hogueras y los rituales. La música, el baile y el folclore juegan un papel fundamental en la celebración. En cada isla se pueden disfrutar de conciertos, pasacalles y representaciones con ritmos tradicionales canarios.
Además, la noche está envuelta en un halo de misterio y leyendas. Se cuenta que en esta noche mágica se abren las puertas a otros mundos, los tesoros ocultos se revelan a aquellos de corazón puro y las brujas y los duendes aumentan sus poderes.
Al margen de creencias, lo que sí está claro es que la Noche de San Juan es, en sí misa, patrimonio cultural vivo que se transmite de generación en generación. Es una fiesta que invita a la alegría, la unión y el respeto por las tradiciones siempre, claro está con responsabilidad, cuidando el medio ambiente y evitando comportamientos que puedan poner en riesgo la seguridad de las personas y los bienes.