Según ha informado el periódico británico The Sun, un turista británico, Leslie Green, falleció tras desarrollar complicaciones de salud durante sus vacaciones en el sur de Fuerteventura, donde celebraba su 70º cumpleaños junto a su esposa. De acuerdo con el medio, Green habría contraído salmonela tras consumir alimentos en un hotel de cuatro estrellas donde se hospedaba con su esposa.
Julia Green, su viuda, declaró que «notamos problemas con la comida servida en el hotel, incluyendo platos tibios y pollo poco cocinado». Explicó que, tras ingerir los alimentos, su esposo comenzó a sentirse mal y en pocos días su estado de salud se agravó de manera preocupante. Según su testimonio, Green sufrió «sepsis y fallo renal», lo que finalmente le provocó la muerte cuatro semanas después.
La propia Julia Green aseguró que enfermó una semana después de que su esposo manifestara los primeros síntomas, y tuvo que ser hospitalizada. «Yo también contraje salmonela en mi 60º cumpleaños y tuve que ser hospitalizada durante una semana», afirmó. En sus declaraciones, la enfermera jubilada denunció públicamente las condiciones del hotel, señalando que «nunca vi a los empleados lavarse las manos y la comida recién cocinada se mezclaba con comida vieja».
En sus declaraciones a The Sun, Julia Green describió los últimos días de su esposo como «una experiencia devastadora», añadiendo que «me sentí impotente mientras su salud se deterioraba». La viuda relató la angustia de ver cómo su marido perdía fuerzas sin poder hacer nada para evitarlo.
Este caso ha generado gran preocupación entre los turistas británicos que visitan Canarias, algunos de los cuales han manifestado su inquietud en redes sociales y han solicitado mayores controles sanitarios en los hoteles de la región. La familia de la víctima está considerando emprender acciones legales contra el establecimiento, ya que creen que la falta de medidas adecuadas de seguridad alimentaria pudo haber sido determinante en la muerte de Leslie Green.
La salmonela es una bacteria que puede causar síntomas severos, especialmente en personas mayores o con condiciones médicas preexistentes, como podría haber sido el caso de Green. La posibilidad de que una intoxicación de este tipo haya terminado con un desenlace fatal ha avivado el debate sobre la seguridad alimentaria en la hostelería turística y la necesidad de reforzar las inspecciones en los hoteles de la isla.