Con el país pendiente este lunes del Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad, la ilusión vuelve a colarse en hogares, empresas y grupos de amigos. Décimos compartidos, participaciones, regalos de última hora y promesas de “luego lo arreglamos” se repiten cada diciembre. Sin embargo, cuando el premio llega, también pueden aparecer los problemas si no se han hecho las cosas bien desde el principio.
De ello habló esta semana la abogada Muriel Artílez en una entrevista en El Tardeo de Radio Insular, donde puso sobre la mesa las principales precauciones legales que conviene tener en cuenta antes y después del sorteo, con un mensaje claro: la prevención evita conflictos mayores.
“Aquí lo que tenemos que tener claro es que tiene que haber pruebas de quiénes participan y cómo, porque no vale con decirlo de palabra y dejarlo así en el aire”, advirtió Artílez durante la charla.
Décimos compartidos: dejar constancia por escrito
Uno de los escenarios más habituales es el de los décimos compartidos entre compañeros de trabajo, familiares o amigos. Según explicó la letrada, existen varias fórmulas válidas para dejar constancia de la participación, pero todas deben cumplir un requisito básico: que quede claro quién participa y en qué porcentaje.
“Lo más sencillo es hacer una copia del décimo y que todo el mundo firme, indicando si se participa a partes iguales o en un porcentaje concreto”, señaló, insistiendo en que no hace falta ningún contrato complejo ni acudir a un despacho jurídico. Nombre, DNI, cantidad y firma son suficientes.
También son válidas fórmulas digitales, como mensajes de WhatsApp o transferencias Bizum, siempre que quede constancia clara del acuerdo. En ese sentido, Artílez fue tajante: “Yo prefiero incluso enviar un Bizum indicando ‘participación en el número tal’, porque el problema siempre surge después”.
Regalos, malentendidos y arrepentimientos
Otro de los puntos delicados es el de los décimos regalados. Un gesto habitual en estas fechas que puede generar conflictos si no se aclara su naturaleza.
“Si tú entregas un décimo y no hay constancia de nada más, el décimo es de la persona que lo tiene”, explicó la abogada, recordando que no son infrecuentes los casos en los que, tras resultar premiado, surgen discrepancias sobre si era un regalo o una participación compartida.
Fotografiar el décimo: una recomendación clave
Más allá de los acuerdos entre personas, Muriel Artílez subrayó una recomendación fundamental y a menudo olvidada: hacer una fotografía del décimo.
“Imagínate que lo pierdes, se estropea o te lo roban. Si no tienes una foto o una copia, ¿cómo pruebas que ese décimo era tuyo?”, planteó. En estos casos, explicó, lo primero es interponer una denuncia y comunicarlo a Loterías y Apuestas del Estado, que puede bloquear el cobro del premio mientras se verifica la titularidad. Contar con una imagen previa del décimo puede resultar decisivo en esos expedientes de verificación.
Cómo cobrar un premio y evitar problemas con Hacienda
En cuanto al cobro, la abogada recordó que los premios inferiores a 2.000 euros pueden cobrarse directamente en administraciones de lotería, mientras que los importes superiores deben gestionarse en entidades bancarias autorizadas.
En el caso de décimos compartidos, la recomendación es clara: “Cuando es un décimo compartido, por favor, siempre todos al banco”. De lo contrario, pueden surgir problemas fiscales, especialmente si una sola persona cobra el premio y reparte después el dinero.
“Eso no está bien hecho. Puede considerarse una donación, y entre personas sin parentesco se paga mucho”, advirtió, recordando que Hacienda ya descuenta automáticamente el gravamen correspondiente en los premios superiores a 40.000 euros, pero que cualquier reparto posterior mal gestionado puede generar consecuencias fiscales.
Dinero sin vergüenza y acuerdos claros
Durante la entrevista, Muriel Artílez insistió en desterrar el pudor cuando se trata de dinero. “En los asuntos de dinero no hay que tener vergüenza ninguna”, recalcó, animando a hablar claro, dejar las cosas por escrito y evitar confianzas mal entendidas.
Un mensaje que cobra especial sentido en un día como hoy, en el que la ilusión del sorteo convive con la necesidad de actuar con cabeza fría. Porque, como recordó la abogada, la alegría de un premio no debería convertirse en un problema legal evitable.



