Un vuelo con destino a Londres despegó del aeropuerto de Fuerteventura con la sospecha de haber sufrido un impacto en la cola del avión, conocido como tail strike, durante la maniobra de despegue. La tripulación, al detectar la posibilidad de la incidencia, informó a la torre de control, que inmediatamente activó los protocolos de seguridad correspondientes.
Tras recibir la alerta, se realizó una inspección exhaustiva de la pista en el aeropuerto de Fuerteventura, sin encontrar indicios visibles de impacto. A pesar de ello, y como medida de precaución, la tripulación decidió desviar el vuelo al aeropuerto de Tenerife Sur para llevar a cabo una revisión más detallada de la aeronave.
En su aproximación a Tenerife Sur, el avión tuvo que realizar esperas al sur del aeropuerto con el objetivo de consumir el exceso de combustible antes de proceder a su aterrizaje. Mientras tanto, el tráfico aéreo en la zona fue gestionado por las autoridades aeroportuarias, que posicionaron la aeronave para una aproximación directa a la pista 07. Durante este procedimiento, se tomaron medidas para garantizar la seguridad del resto de operaciones, instruyendo a otros vuelos en llegada a realizar esperas en el oeste de la isla y paralizando temporalmente los despegues.
Finalmente, la tripulación informó estar lista para la aproximación final, logrando aterrizar sin complicaciones y liberando la pista en pocos minutos. Posteriormente, tras la revisión de la superficie de aterrizaje, se reanudaron con normalidad tanto las llegadas como las salidas en el aeropuerto de Tenerife Sur, permitiendo el restablecimiento completo de la operativa aérea.