El presidente del Cabildo de Fuerteventura, Sergio Lloret, visitó la pasada semana, junto con el alcalde de Betancuria, Marcelino Cerdeña, las obras de acondicionamiento de las aceras de la zona del Valle de Santa Inés, un proyecto adjudicado por 133 mil euros que se está llevando a cabo con el fin de mejorar el tránsito peatonal de esta zona, embelleciéndola y organizando sus infraestructuras en relación con el aparcamiento aledaño y el parque infantil.
Lloret puso en valor la labor de los trabajos, que se están desarrollando como parte del Plan Insular de Cooperación en Obras y Servicios (PICOS) de las Islas, que permiten “la colaboración del Cabildo con los ayuntamientos de Fuerteventura para dar salida a los proyectos que son importantes para la mejora de las condiciones de los municipios y que, como es el caso de las aceras de Santa Inés, permitirán generar un conjunto ordenado que no solo mejorará el aspecto de la zona sino también su utilidad para los usuarios”, resaltó.
En este sentido, los equipos han trabajado en la demolición de las antiguas estructuras, para la colocación de nuevas estructuras pavimentadas con adoquines, que se rematarán con bancos y bolardos, así como papeleras, señales verticales y parque infantil, además de la reubicación de las palmeras en los jardines.
Para el alcalde Betancuria, Marcelino Cerdeña, “este proyecto, propuesto por el ayuntamiento para que sea ejecutado en el marco de PICOS viene a mejorar la seguridad y embellecer la zona de la plaza del Valle de Santa Inés, el parque infantil y el conjunto de viviendas, mejorando el entorno de estas infraestructuras públicas y privadas”
Este conjunto de señores inaugurantes de esa
obra peatonal, en estas imágenes suyas de la foto, muestran cuerpos tan poco peatonales, tan poco andantes como de escasamente caminantes o pisantes… que cualquiera, viéndolos, diría que invitan a no usar, a no utilizar semejante obra. Ni, palmariamente, ningún otro sitio pateantemente.
Esto es lo que sus cuerpos serranos y bien empelechados van diciendo por donde quiera que vayan… montados en coche, nunca a pie, claro.
Que con ellos y sus extremidades inferiores, eso de «pies para qué los quiero», nunca será para correr; ni para salir o entrar con buen o mal pie; ni para pisar firme , decidido; ni para dar puntapiés… si acaso, dar traspiés, meter la pata…
Y seguro, para lucir buenos y bonitos zapatos, de marca y bien betunados … patentemente bien plantaos…