Cuida tu despertar y tu manera de abrir tus mañanas.
Hoy tienes la oportunidad de decidir cómo quieres manejar tu día.
Deja de pensar en todas esas cosas que tienes que hacer hoy, en tus responsabilidades, en tus preocupaciones, en las prisas, en cómo vas a apagar algún fueguito en tu vida…
Lunes: Mímate mucho cuidando tu salud física y emocional
Un buen día se “guisa” desde el momento que abres los ojos y será fundamental cuidar los pilares de alimentación, ejercicio físico y descanso.
Nútrete bien por fuera y por dentro
Incluye alimentos felices (alimentos ricos en triptófano) en tu menú para mejorar tu estado de ánimo: avena, chocolate negro, dátiles secos, sésamo, garbanzos, almendras, semillas de girasol, semillas de calabaza y cacahuetes, por ejemplo. Si tienes dificultades o te falta creatividad en la preparación de este menú saludable.
Muévete mucho y bien para seguir subiendo tu energía y tu motivación diarias, incluyendo mini-pausas, descansos y refuerzos positivos, a lo largo de tu jornada de actividades y responsabilidades.
Martes: Pásale la prueba del algodón a tus “peces cagones” y ponte a dieta de pensamientos negativos
Por hoy, elige pensar sólo aquello que sea realista, que te genere bienestar emocional y que te ayude a resolver creativamente tus retos, tus decisiones y tus cambios.
No te creas todo lo que piensas… Pon tus pensamientos o tus “peces cagones” en cuarentena también.
Si en tu pecera mental no predominan pensamientos o “pececillos” racionales, realistas, positivos, útiles y que te hacen sentir bien, es momento de hacer un trabajito cognitivo. Poco a poco, te toca rebatir y reestructurar esos “peces cagones” que te boicotean y te juegan a la contra.
Miércoles: Baja el volumen de tus emociones negativas, y suelta lastre tomándote menos en serio
Ya sabes lo importante que es tener la mente donde tienes el cuerpo para mantenerte anclada en las emociones de disfrute, fluidez y alegría del momento presente.
En muchas ocasiones, será necesario tomar distancia, relativizar y soltar cable para pinchar el globo de nuestras preocupaciones, de nuestros miedos y de nuestra ansiedad. Y, en época de pandemia, aún mucho más.
Aumenta el volumen de tus emociones positivas practicando la gratitud y apuntando, al final de la jornada, qué se gana el premio al momento feliz del día en la App de Gratitud o en tu “botecito de momentos felices”.
Jueves: No te preocupes por pequeñeces, porque (casi) todo son pequeñeces
No te obsesiones con tenerlo todo bajo control… Cíñete a lo que depende de ti (tus pensamientos – emociones – conductas – hábitos – relaciones) y confía en ese 75% a tu favor, trabajando tu músculo de la tolerancia a la frustración para el 25% restante.
Siempre que puedas, aplica la vía del humor (como salida de emergencia), ríete mucho y confía (en ti, en tus recursos, en futuro, en la gente que te rodea y en tu futuro).
Viernes: Háblate con amor eliminando el etiquetado negativo de tu lenguaje
Una estrategia directa para mejorar tu autoestima y tu confianza personal es cuidar mucho la forma en la que te hablas a ti misma.
A partir de hoy, por tanto, vas a tener que hacer un ejercicio extra de análisis de los mensajes que usas habitualmente al juzgarte y hablarte.
Los etiquetados son para las cosas, no para las personas. Así mismo, las palabras son los ladrillos de tu mente y tu autoestima, así que vamos a intentar unir cualquier etiquetado a un adjetivo positivo o, como mucho, neutro.
De esta forma, quedan prohibidos este tipo de mensajes: “Soy… torpe”. La versión saludable de ese etiquetado sería-> “De vez en cuando, meto la pata, ¿y qué?
Estoy en proceso de mejorar”.
Recuerda: “No te quites tu corona de reina ni para dormir”.
Sábado: Atrévete a descubrir tu poderío silenciando tus excusas y atravesando uno de tus miedos
No hace falta hacerlo todo de golpe, ni convertirte en una aventurera total de la noche a la mañana. Ir superando una actitud vital asustadiza es un trabajo de fondo.
Recuerda: “A mordisquitos” todo va mucho mejor, y la aventura de expandir tu zona de aprendizaje no tiene precio.
Domingo: Confía en ti misma y sé más compasiva cuando metas la pata
¡Es hora de soltar el látigo y de diferenciar las prácticas de perfeccionismo y de excelencia! ¡Sólo te faltaría ser perfecta, vaya! ¡Mucho cuidado con el síndrome de la superheroína en tu trabajo, tus relaciones, tu hogar, tu familia, etc.!
(Fuente: Artículo de Cristina Centeno)