“La mayor decepción política que he tenido fue con Podemos”. Así de contundente se mostró la portavoz de Drago Canarias en Fuerteventura, Aceysele Chacón, en una entrevista en La Voz de Fuerteventura, en Radio Insular, donde hizo referencia al voto del consejero Andrés Briansó, decisivo en la aprobación del interés insular del proyecto Dreamland, previsto en el Parque Natural de las Dunas de Corralejo en noviembre de 2022.

Aquel voto fue un punto de inflexión para la política majorera, que reconoce que ese episodio marcó su decisión de dar el paso y participar activamente en la vida política. “Aquello me despertó, me dije: ah, sí, pues me voy a meter. Todavía no existía Drago, pero yo ya estaba rabiosa”, recordó.

“Esto es malabares todos los días”

Chacón, que acaba de ser madre, compagina ahora su nueva faceta personal con la tarea de consolidar a Drago Canarias en la isla. “Esto es malabares todos los días, pero cuando la niña te sonríe se te olvidan los berrinches”, confesó entre risas.

Tras un tiempo centrada en su vida personal, asegura que “ahora toca reunirse con la gente y rearmar el partido en Fuerteventura”, convencida de que Drago “representa el sentir de muchas personas que se decepcionaron con los viejos partidos”.

“Nos estamos convirtiendo en una isla que no reconocemos”

La portavoz advirtió de la reactivación del plan parcial Rosa del Lago, una macro urbanización prevista en Puerto del Rosario, junto a Puerto Lajas, que contempla más de 2.500 camas turísticas.

Según denunció, tres bienes patrimoniales del catálogo municipal podrían verse afectados por las obras: un bien etnográfico (los charcos del embarbascado), un yacimiento paleontológico y un elemento florístico endémico.

“Pedimos transparencia. Que se diga claramente en qué estado está el proyecto, de cuándo es la licencia, cómo se ha reactivado y qué medidas se van a tomar para proteger el patrimonio”, exigió.

Chacón reconoce que el plan se aprobó hace casi 30 años y que su reactivación responde al interés económico de los promotores. El proyecto, tal y como confirmó el alcalde David de Vera, ha sido modificado: se descarta el campo de golf y la playa artificial, pero el impacto sigue preocupando a la portavoz. “Ojalá hubiera un espacio para algo público: un colegio, un centro de salud, un parque… pero lo dudo mucho”, lamentó.

“No hay que crecer, hay que decrecer”

Chacón admite que impedir el desarrollo de proyectos con licencias ya concedidas podría tener consecuencias económicas, pero defiende que el modelo actual “se ha desbordado” y que la isla necesita un cambio radical.

“Hay que parar, hay que calcular. Hay que decrecer”, afirmó sin rodeos. “Nosotros no tenemos miedo en decirlo: hay que abrir melones para vivir mejor. Ahora somos unos 130.000 residentes, pero recibimos más de 2,2 millones de turistas al año. Contemos también a esos turistas si queremos una isla sostenible. Yo creo que ya no lo es”, advirtió.

Su propuesta pasa por limitar las plazas turísticas y frenar el crecimiento urbanístico. “Antes de construir más y tener que pagar indemnizaciones, los ayuntamientos deben fijar límites en sus planes generales. Que se diga claramente: no hay más hoteles, no hay más apartamentos turísticos ni más vivienda vacacional. Que quien quiera hacer negocio, lo haga en otro lado”, sostuvo.

“El Cotillo ya no es un pueblo”

Como ejemplo del descontrol urbanístico, citó El Cotillo, donde considera que el crecimiento turístico ha desplazado la vida local.

“Antes había un hotel; ahora hay solares donde se construyen 20 viviendas que no son viviendas, son villas turísticas. Nadie con un sueldo medio puede comprarse una casa ahí”, lamentó.

“El pueblo ha dejado de ser un núcleo residencial para convertirse en un núcleo turístico. Ya no están los sitios de antes, las terrazas ocupan los espacios… ya no hay pueblo”, subrayó.

“Canarias necesita medidas diferenciadas”

La portavoz de Drago Canarias reclamó también que el archipiélago sea tratado con un estatus especial dentro de la Unión Europea.

“Estamos a 1.500 kilómetros de la costa continental. No somos territorio continental, necesitamos medidas diferenciadas. Si queremos ser sostenibles, hay que limitar el tráfico aéreo y el turístico. Decrecer un poquito. No aumentar más, nunca”, afirmó.

Identidad, convivencia y esperanza

Chacón defendió la necesidad de preservar la identidad majorera en una isla donde solo el 33% de la población ha nacido en Fuerteventura.

“Somos minoría en nuestra tierra. No se trata de rechazar a nadie, sino de poder asimilar el crecimiento, construir colegios, servicios, convivencia. No hay tiempo para eso si seguimos creciendo sin parar”, lamentó.

La portavoz adelantó que Drago “se está rearmando en Fuerteventura” y que el movimiento avanza también en otras islas. “Cada isla tiene su ritmo, por eso decimos que tenemos una mirada confederalista. Cada territorio es diferente”, explicó.

Para concluir, confesó que la maternidad le ha aportado una nueva perspectiva: “Ahora quiero dedicar más tiempo a la política, a consolidar el proyecto de Drago Canarias en Fuerteventura de cara a las próximas elecciones”, afirmó con esperanza.