Familias de estudiantes con necesidades especiales se han movilizado este jueves en todo el archipiélago, salvo en la isla de El Hierro, para reivindicar la mejora de la atención a los niños y jóvenes. Entre esas familias se encuentra la de Natalia Herrera, madre de Yadiel, un niño que próximamente cumplirá 8 años y para quien, según ella misma explica, la denominada “aula enclave” no siempre garantiza la inclusión efectiva que necesita.
“Yo lo que reclamo es mucha más integridad, que lo integren. Que los niños no pasen tanto tiempo en esa aula en clave…”, subraya Natalia en una entrevista promovida poco antes de la movilización en el programa La Voz de Fuerteventura, en Radio Insular.
La madre de Yadiel visibilizó las dificultades que tiene su hijo, diagnosticado con TEA, hiperactividad y trastorno del lenguaje, para encajar en un sistema que “no está diseñado para que cada uno reciba la atención que necesita”.
Por eso, siguen afrontando cada día “las terapias, el logopeda, las actividades” y todo lo que Yadiel precisa para sentirse parte de la comunidad escolar. “A mi hijo le gusta integrarse en las cosas, a su manera, pero le gusta ir a por ello”, recalca.
Natalia tiene claro que un aula enclave debería ser un aula de refuerzo, de bienestar, “pero con su integración”; ahora es un aula de encierro, subraya.
Impacto económico
Más allá de las aulas, las terapias y actividades extraescolares suponen, además, un coste económico que impacta en la economía familiar. También la atención médica afecta al bolsillo.
En el caso de Yadiel, Natalia espera reunir 2.500 euros para lograr llevar a cabo una prueba que determinará o descartará el origen genético del trastorno de su hijo.
Se trata de un procedimiento importante, recalcó, ya que podría suponer prevenir futuras patologías relacionadas, pero la Seguridad Social no lo cubre, lamentó.
Con la perspectiva que dan los cinco años transcurridos desde el primer diagnóstico de Yadiel, su madre tiene claro que “no hubiera firmado ese papel autorizando la participación en aulas enclave”.
Una herramienta que podría funcionar si no faltaran recursos y personal capacitado.
En este sentido, se expresó también Cristian Rodríguez, coordinador de la movilización en Fuerteventura y estudiante de Magisterio, quien aboga por un cambio profundo en la sociedad para afrontar los retos que están recogidos en la normativa pero que no se plasman en la realidad.
Por eso, insistió en la necesidad de visibilizar estas realidades “y sepamos adaptarnos a ellas”.
Durante la movilización, demandó un mayor número de profesionales y personal especializado para atender al alumnado con necesidades educativas especiales. Que las aulas enclave sean espacios de refuerzo y no supongan aislamiento del entorno escolar. La adaptación de las actividades extraescolares y del comedor para que ningún niño o niña quede al margen. Por último, información y orientación clara para que las familias puedan reclamar los recursos que necesitan.