- El pregón contrastó los ecos de la Peña a lo largo de los siglos: desde los rezos de los monjes de San Buenaventura hasta la parranda y la verbena de hoy en día
La Asociación Más Ruines que Caín fueron los encargados de ofrecer este jueves, 14 de septiembre, el pregón de las Fiestas en Honor a Nuestra Señora de La Peña. A modo de representación teatral y audiovisual, el colectivo ofreció un recorrido histórico por los sonidos que han acompañado a la Virgen de La Peña durante sus cinco siglos de historia: rezos, romances, los primeros automóviles, la música de timple e incluso el ruido de las batallas piráticas.
La presidenta del Cabildo, Lola García, expresó el honor que supone haber contado con unos pregoneros de lujo como Más Ruines que Caín, un colectivo del que Fuerteventura se siente orgullosa y que son fiel reflejo de la identidad majorera.
Por su parte, el alcalde de Betancuria, Marcelino Cerdeña, dio la bienvenida a los presentes a las Fiestas de la Peña y señaló que “los pregones siempre han sido una oportunidad para conocernos mejor como pueblo, siendo la patrona insular testigo de los cambios acontecidos en la historia de Fuerteventura”.
En el acto estuvieron presentes, además, el consejero de Cultura, Rayco León, consejeros de grupo de gobierno y oposición del Cabido, alcaldes y representantes municipales, diputados parlamentarios, así como vecinos, vecinas, autoridades civiles, militares y eclesiásticas.
El original pregón corrió a cargo de 30 figurantes, entre miembros de la asociación y voluntarios. Una puesta en escena que reflejó el contraste de los primeros sonidos de La Peña en el siglo XV y el bullicio de las parrandas y las verbenas que acompañan a las fiestas hoy en día.
Los primeros sonidos que escuchó la Virgen de La Peña fueron los del agua que corría por el cauce del barranco y el rezo de los monjes del convento franciscano de San Buenaventura. Con la llegada de los siglos XVI y XVII, estos ecos empezaron a mezclarse con los romances vinculados al trabajo en el campo y que, posteriormente, se fusionarían con célebres batallas como las del pirata berberisco de Xabán Arráez, quien en 1593 arrasó Betancuria. Luchas que movieron a la población majorera a convocar a su “Virgen de La Peña, reina y soberana”, como versa el conocido cántico.
A partir del siglo XIX, juegan un papel importante los instrumentos musicales como la vihuela, la bandolina, el laúd y, por supuesto, el timple. Este último un instrumento que va a seguir acompañado a la Virgen de La Peña hasta nuestros días. Desde esta etapa empiezan a aparecer los ventorrillos, el ron, los juegos de cartas y, ya a principios del siglo XX, los primeros coches y camiones.
El siglo XX fue el momento de la llegada masiva de peregrinos que empezaron a acudir a la Vega de Río Palmas desde todas las partes de Fuerteventura y de otras islas como Lanzarote. Los pregoneros recordaron como, en esa época, “se vendía buena repostería, pan, bizcocho, rosquetes, algunos muy afamados como la panadería de los Rabelos, y también muy apreciada cestería y oficios artesanos”. Un escenario que contrasta con los sonidos de la nueva era, marcados por el bullicio, parrandas, verbena y la enorme cola del peregrino para ver a su patrona, “que no ha cambiado”.
Los pregoneros
La Asociación Cultural Más Ruines que Caín nace en diciembre de 2007 a partir de la iniciativa de un grupo de amigos que, viendo las necesidades del pueblo de Tuineje, decidieron salir a recuperar, mejorar y divulgar la historia y cultura de Fuerteventura a través de obras teatrales, musicales y otros eventos sobre el patrimonio cultural. Estas actuaciones han ido creciendo con los años, con proyectos como la representación de El Bien y El Mal, las recreaciones de las batallas y los Cantares de Tamasite al Señor Miguel. Asimismo, son impulsores de los proyectos de investigación para dinamizar el pueblo de Tuineje, como el recorrido escultórico temático, recuperación de fachadas tradicionales y rutas teatralizadas, entre otros muchos proyectos.