Los inmigrantes detenidos por piratería por haberse amotinado en el remolcador que los había rescatado de dos pateras al este de Lanzarote la noche del lunes “enloquecieron” al darse cuenta de que el barco se dirigía a Agadir y amenazaron con suicidarse antes que volver a Marruecos.
Es el testimonio que ha ofrecido uno de los jóvenes que formaba ese mismo grupo que, como el resto de sus compañeros (detenidos y no detenidos), ha estado bajo custodia policial en el Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) de Fuerteventura desde que desembarcó del remolcador Vos Pace el martes por la mañana.
La noche del lunes al martes, cuando navegaba hacia unas plataformas petrolíferas que operan en aguas del sur de Marruecos, el Vos Pace, un remolcador de Países Bajos, se encontró con una barca con 44 personas a bordo.
Comunicó el rescate y recibió instrucciones desde el Centro de Coordinación de Salvamento de Rabat para que se dirigiera a Agadir, ya que estaba en zona SAR (siglas internacionales de “búsqueda y rescate”) bajo responsabilidad de Marruecos.
En ese momento se encontraba a unos 105 kilómetros al este de Lanzarote. Puso rumbo al puerto designado por Rabat, pero de camino se encontró una segunda patera con 35 inmigrantes, a los que también socorrió, según el relato difundido por Salvamento Marítimo español.
Uno de los letrados que han asistido estos días a los jóvenes retenidos en el CATE tras estos hechos ha relatado a EFE que este testigo -al que las autoridades no formulan reproche alguno por lo ocurrido- ha contado que sus compañeros se asustaron mucho al ver acercarse de noche a su patera al Vos Pace, porque pensaban que se trataba de una patrullera marroquí que podía devolverlos a la costa.
En su caso, habían salido de Tan Tan rumbo a Lanzarote el domingo por la noche. Llevaban cerca de 24 horas en el mar.
Los ánimos se tranquilizaron al descubrir que se trataba de un barco europeo y los ocupantes de la neumática en la que iba el testigo asumieron que estaban siendo rescatados, no detenidos.
Sin embargo, ya en la cubierta, algunos chicos vieron en el navegador GPS de su teléfono móvil que el remolcador no se dirigía hacia Canarias, sino a Agadir, y varios de ellos “enloquecieron”, ha explicado el testigo.
La versión resumida de lo ocurrido a bordo que ha transcendido hasta ahora es que algunos de los rescatados se “pusieron muy agresivos”, se amotinaron y blandieron cuchillos ante los marineros del Vos Pace, lo que hizo que el capitán del barco comunicara a las autoridades españolas que ponía rumbo a Fuerteventura por seguridad.
Este testigo corrobora esa versión, pero con matices. La mayoría de esos chicos, asegura, amenazaron con autolesionarse y uno de ellos incluso se puso el cuchillo en el cuello, mientras que gritaba que antes se suicidaba que regresar a Marruecos.
Estaban dispuestos a asumir la muerte o la cárcel, pero no a volver al país del que habían salido, ha insistido este ocupante de la neumática.
A su llegada a Puerto del Rosario, el martes por la mañana, los 79 rescatados por el Vos Pace desembarcaron en el muelle custodiados por un fuerte dispositivo policial, dimensionado para afrontar una posible situación violenta o peligrosa a bordo del barco.
No fue así. Los agentes subieron al remolcador y, uno a uno, todos los rescatados fueron descendiendo al muelle, nueve de ellos ya detenidos como presuntos autores de un acto de piratería, delito que el Código Penal español castiga con penas de 10 a 15 años de prisión
El juez de Instrucción número 1 de Puerto del Rosario ha interrogado esta mañana a los marineros del Vos Pace para que sus testimonios tengan ya valor de “prueba preconsituida” y el barco pueda abandonar Fuerteventura. También tenía previsto tomar declaración a los detenidos, aunque por el momento no se conoce su decisión.
Fuentes de las defensas han indicado que, en primer lugar, el juez deberá determinar qué competencias tiene sobre esos hechos, puesto que ocurrieron en aguas bajo responsabilidad marroquí, a bordo de un barco con pabellón de Países Bajos y no afectaron a ciudadanos españoles.
Por eso, le corresponderá decidir si hay alguna circunstancia que habilite a la Justicia española a intervenir, si su papel es solo de auxilio de una eventual instrucción por parte de la Justicia neerlandesa (con competencias sobre el barco donde ocurrió todo) o si tiene que tomar cualquier otro tipo de decisión. EFE