- El alcalde Juan Jiménez ha gestionado dicha cesión directamente con la Autoridad Portuaria, para destinarlo a un fin cultural
- El Ayuntamiento recupera unas instalaciones de gran valor histórico que sirvieron para mitigar la sed de un pueblo que siempre tuvo el agua como un bien preciado
- Puerto del Rosario continúa, de esta manera, proyectándose como una capital económica y cultural
El Ayuntamiento de Puerto del Rosario hace saber que los depósitos de La Charca han pasado a ser inventariados como bien municipal, incoándose el oportuno expediente de inmatriculación ante el Registro de la Propiedad de Puerto del Rosario, de conformidad a las prescripciones de la Ley Hipotecaria una vez que, por parte de la Autoridad Portuaria – que históricamente administró los depósitos – se haya dado el visto bueno a dicha inmatriculación, al no oponerse a ello y cediendo cualquier derecho dominical sobre los depósitos a la principal institución municipal.
En base a ello, el pasado 26 de abril se dictó resolución por parte del concejal de Patrimonio, Javier Fernández Ledo, dando de alta en el inventario municipal este histórico bien con una superficie edificada de 2.398 metros cuadrados que, de esta manera, pasará a ser patrimonio municipal, ordenando iniciar los trámites preceptivos para la definitiva inmatriculación del bien.
Esta nueva adquisición, impulsada por el alcalde capitalino, Juan Jiménez, así como por la Concejalía de Cultura que dirige Juan Manuel Verdugo, da respuesta a una vieja reivindicación del municipio, consiguiendo recuperar un bien de interés histórico indudable, con el objetivo de que sea destinado a equipamiento cultural.
En cuanto al valor histórico del bien ha de decirse que, a mediados de agosto de 1924, el Ministerio de Fomento aprobó el estudio de las obras de abastecimiento de aguas de Puerto de Cabras, pero hubo que esperar a la etapa republicana, con Indalecio Prieto como ministro, para comenzar la construcción del depósito de La Charca, por impulso de la Junta de Obras de Puerto.
El depósito siguió funcionando hasta la llegada de las máquinas potabilizadoras. Durante un tiempo, sirvió de almacén para dichas máquinas hasta que la tecnología lo condenó al olvido.
Con la adquisición de este bien se recupera una de las señas de identidad de Puerto del Rosario, cuyo destino como equipamiento cultural deberá ser objeto de estudio en los próximos meses pero, en cualquier caso, servirá para poner en valor unas instalaciones que sirvieron para mitigar la sed de un pueblo que siempre tuvo el agua como un bien preciado.
En conclusión, esta actuación se continúa recuperando el Puerto del Rosario más histórico, el que une el Puerto Cabras fundacional con el Puerto del Rosario que se proyecta al futuro como capital económica y cultural de Fuerteventura.