Lanzarote y Fuerteventura han sido reconocidas como las islas más dinámicas en términos económicos en Canarias, de acuerdo con el informe «Monitor de la economía Canaria». Este informe sitúa al eje oriental como un referente en el desarrollo regional, gracias a su destacado crecimiento en empleo, PIB y diversificación económica.
El presidente del Cabildo de Lanzarote, Oswaldo Betancort, destacó: “Los datos son una prueba irrefutable del dinamismo de nuestra isla, que no solo lidera en ocupación hotelera, sino que también supera la media nacional en PIB per cápita gracias al esfuerzo conjunto de nuestras instituciones y ciudadanía.”
Por su parte, Lola García, presidenta del Cabildo de Fuerteventura, subrayó: “Fuerteventura ha mejorado considerablemente los datos de empleo, pero debemos seguir trabajando por diversificar nuestra economía y avanzar hacia un modelo más sostenible, donde la contención del crecimiento poblacional es clave.”
Datos destacados del crecimiento económico
Entre 2010 y 2023, Fuerteventura y Lanzarote han experimentado un crecimiento económico sobresaliente:
- Crecimiento acumulado del PIB: +59,1% en Fuerteventura y +56% en Lanzarote.
- PIB per cápita: Lanzarote se posiciona como la única isla que supera la media nacional, alcanzando el 112,71%.
- Empleo: Ambas islas lideran la recuperación laboral con tasas de paro en 2023 del 13,7% en Fuerteventura y del 13,8% en Lanzarote. La creación de empleo ha crecido un 59,3% en Fuerteventura y un 45,4% en Lanzarote desde 2010.
Retos y proyecciones
A pesar de la importancia del sector turístico, los cabildos de ambas islas apuestan por la diversificación económica, con un enfoque en tecnología, agricultura sostenible y economía verde. También consideran prioritarias la mejora de infraestructuras, el fomento de la innovación y el apoyo al emprendimiento.
“El crecimiento económico de Lanzarote y Fuerteventura demuestra que debemos trabajar en base al equilibrio social y la sostenibilidad ambiental, para seguir mejorando la calidad de vida de los que aquí vivimos,” concluyen Betancort y García.