La Policía Nacional está investigando dos denuncias interpuestas por presuntos abusos sexuales a inmigrantes acogidos en el campamento de Las Raíces, en La Laguna (Tenerife), ha informado la Delegación del Gobierno en Canarias.
La asociación altruista Hay Raíces, que trabaja por su cuenta en el exterior de la instalación para facilitar alimentos y ropas a los inmigrantes, ha dado a conocer públicamente estos casos, de los que responsabilizan a individuos que se hacen pasar por voluntarios para aprovecharse sexualmente de inmigrantes en situación de vulnerabilidad.
El diputado del Común de Canarias, Rafael Yanes, ha decidido reunirse con Hay Raíces, después de que esta asociación advirtiera de que había tratado de denunciar estos hechos a la Policía Nacional sin éxito.
Aunque los agentes de la Policía reconocen que les gustaría hacer algo, consideran que no hay delito al ser un intercambio sexual entre individuos mayores de edad, ha comentado a Efe Lucía Rodríguez, una de las portavoces de la asociación, quien denunció personalmente uno de estos casos.
Los inmigrantes, en su mayoría marroquíes, no se atreven a denunciar, porque al estar en situación irregular tratan de evitar cualquier problema con las autoridades, según Lucía Rodríguez.
Precisamente estos casos de presunta explotación sexual y la falta de eco de sus denuncias es lo que explica el origen de la asociación, formada por un grupo de voluntarios que acuden desde hace dos años al exterior del campamento para dar comida y ropa a los inmigrantes.
Pronto descubrieron que había otro tipo de personas que se hacían pasar por voluntarios, que ofrecían ropa y comida a los internos, los subían a sus coches, los llevaban a lugares apartados. Entonces condicionaban la ayuda a que mantuvieran relaciones sexuales con ellos.
La propia voluntaria fue testigo de uno de estos intentos cuando estaba apostada una tarde en el exterior del recinto intentando recabar pruebas: vio a un hombre que desde un coche preguntó a un inmigrante si necesitaba algo y, cuando este le contestó que precisaba “fuego” para encender un cigarrillo, le ofreció un mechero a cambio de una felación.
Lucía Rodríguez intentó denunciar estos hechos en la Policía, con sus nombres y apellidos y DNI, y ante la falta de resultados los voluntarios decidieron asociarse y formar Hay Raíces para denunciar estos presuntos abusos como una ONG.
Este es solo uno de los muchos casos de que tiene constancia la asociación, que tiene localizada una casa abandonada en las proximidades del campamento en la que hay colchones y sábanas y a la que supuestamente son llevados inmigrantes para realizar prácticas sexuales después de suministrarles alcohol y drogas, según relata la portavoz.
Además de reunirse este viernes con el Diputado del Común, la asociación tiene previsto organizar talleres informativos con los inmigrantes para que abogados voluntarios les informen de sus derechos y de las posibilidades de denunciar estas situaciones de explotación sexual.
Hay Raíces ha comunicado estos presuntos casos de explotación sexual a la ONG que se encarga de la gestión del campamento, Accem.
Una portavoz de la Delegación del Gobierno ha informado este martes de que hay dos denuncias interpuestas por estos casos y que la Policía Nacional “está investigando”.
“La entidad que lleva el campamento junto con el Ministerio (de Inclusión Social y Migraciones) tiene un protocolo para cuando hay casos de este tipo. Además de darles formación al respecto dentro del centro, acompañamos a las personas que pudieran estar afectadas a la Policía”, ha indicado la Delegación del Gobierno. EFE