La Navidad despierta emociones intensas: luces, risas y reencuentros, pero también momentos de quietud en los que las ausencias cobran un peso especial. En su sección semanal en La Mañana Xtra de Radio Insular, la psicóloga Carolina Simón reflexionó sobre cómo enfrentar esas sillas vacías con una perspectiva de amor y gratitud, transformando el dolor en conexión y calma.
“La silla vacía puede parecer un vacío, pero también es una invitación a honrar y abrazar el recuerdo de quienes ya no están con nosotros”, explicó Simón, quien compartió una serie de pautas prácticas para darle sentido a esa ausencia y mantener viva su esencia durante las celebraciones.
Las recomendaciones de Carolina incluyen:
- Un lugar especial para el recuerdo:
No ignores esa silla vacía; dale un significado. Una foto, una vela o un objeto especial puede representar su presencia de manera simbólica e integrarlos en la celebración. - Dedicar un brindis o unas palabras:
Tomarse un momento durante la comida para recordar con cariño a quienes faltan puede aliviar el peso emocional. Simón sugiere frases sencillas como: “Hoy también celebramos por ti”. Este pequeño gesto une corazones y transforma la nostalgia en amor. - Reinterpretar sus tradiciones:
Si esa persona aportaba algo especial a la Navidad, como una receta o un villancico, inténtalo tú. “Quizá no salga igual, pero ese acto les trae de vuelta de una manera cálida y llena de vida”, afirmó. - Un gesto hacia los demás:
Canaliza la ausencia en actos de amor. Donar, ayudar a alguien que lo necesite o incluso regalar una sonrisa puede ser la mejor forma de conectar con lo que realmente importa. - Crear un espacio para las emociones:
Simón insistió en la importancia de permitirse sentir: “Si sientes tristeza, está bien. Pero también recuerda abrir espacio a las sonrisas que su recuerdo te trae. La Navidad no tiene que ser perfecta; tiene que ser auténtica”.
“Las ausencias en Navidad son un recordatorio de que amamos profundamente”, subrayó la psicóloga, alentando a los oyentes a recordar desde la gratitud por el tiempo compartido. “Llena esa silla vacía con amor, con sentido y con la certeza de que esas personas siempre vivirán en ti”.
Carolina cerró su intervención con un mensaje de esperanza: “Gracias por estar aquí conmigo. Te deseo una Navidad en paz, rodeado de todo lo que realmente importa”.