La juventud canaria se siente profundamente identificada con su tierra, pero al mismo tiempo vive atrapada en una sensación generalizada de desencanto, precariedad y desconfianza institucional. Esta es la principal conclusión del Sociobarómetro Juvenil 2025, elaborado por la Fundación Canaria Tamaimos, a partir de una encuesta realizada entre septiembre y noviembre a 388 jóvenes residentes en Canarias de entre 15 y 30 años, con un margen de error del 5% y un nivel de confianza del 95% .
El estudio revela, en primer lugar, un fuerte arraigo identitario. El 57% de los jóvenes se identifica exclusiva o principalmente como canario, y el 88% mantiene un sentimiento canario igual o superior al español, lo que confirma una canariedad ampliamente asentada y transversal en la juventud . Cuatro de cada cinco jóvenes se sienten vinculados emocionalmente a la cultura canaria y muestran orgullo de serlo, mientras que tres de cada cuatro consideran que ser canario es una parte importante de su identidad personal. Estos datos, recogidos en el bloque de Identidad Nacional y Sentimientos Identitarios, sitúan a la identidad canaria como un elemento central del imaginario juvenil, incluso cuando coexiste con la identidad española.
Sin embargo, este fuerte sentimiento de pertenencia choca frontalmente con la percepción de futuro. El sociobarómetro dibuja un panorama especialmente sombrío: solo un 14% de los jóvenes cree que no tendrá que emigrar por falta de oportunidades, apenas un 19% confía en encontrar trabajo fácilmente en las islas y únicamente un 13% piensa que podrá independizarse del hogar familiar. En consecuencia, solo un 28% considera que podrá desarrollarse plenamente en Canarias, consolidando la idea de un Archipiélago percibido como una “tierra sin futuro” para la mayoría de su juventud .
Este malestar social se traduce directamente en una crisis de legitimidad institucional y democrática. Según el estudio, solo un 8% de los jóvenes cree que las instituciones políticas han beneficiado a Canarias, un dato que evidencia una fractura profunda entre la juventud y las estructuras de poder. Además, el apoyo a la democracia como mejor sistema político se sitúa en un 49%, lo que refleja una erosión preocupante de la cultura democrática entre las nuevas generaciones .
La normalización de determinadas actitudes refuerza esta conclusión. Menos de la mitad de los jóvenes (44%) dejaría de apoyar a un partido político si este cometiera actos ilícitos, lo que apunta a una tolerancia creciente hacia la transgresión de la ley, percibida por amplios sectores como parte natural del juego político. Este fenómeno, según el informe, contribuye a debilitar la confianza en el sistema democrático y abre la puerta a procesos de radicalización.
En este contexto de frustración y desencanto, el sociobarómetro detecta síntomas claros de radicalización política, especialmente entre los hombres jóvenes. Uno de cada tres hombres y una de cada cinco mujeres presentan indicadores de radicalización, lo que confirma que, aunque se trata de un fenómeno masculinizado, no es exclusivo del género masculino . La investigación señala que esta radicalización se articula fundamentalmente a través de un discurso victimista, que canaliza el malestar social culpabilizando a colectivos vulnerables.
La inmigración aparece como la principal puerta de entrada a este proceso. Solo el 24% de los jóvenes rechaza explícitamente la idea de que la inmigración sea un gran problema para Canarias, mientras que percepciones como que los inmigrantes reciben ayudas antes que los canarios, no quieren trabajar o no desean adaptarse a la cultura isleña están ampliamente extendidas. Dos de cada cinco jóvenes comparten alguna de estas creencias, incluso en espacios ideológicos tradicionalmente más progresistas, lo que evidencia la penetración transversal de estas narrativas .
El estudio también detecta la extensión de este victimismo hacia otros ámbitos. En el caso del feminismo, un 25% interpreta la búsqueda de equidad como un perjuicio para los hombres, y un 30% considera que el avance social de las mujeres les perjudica, configurando un discurso de machismo victimista que gana espacio entre la juventud. En el plano LGTBQI+, uno de cada tres jóvenes no se opone a la idea de que este colectivo “lava el cerebro” de niños y niñas, una narrativa que, aunque minoritaria, refleja un riesgo claro de estigmatización y retroceso en derechos .
Como contrapeso a estas tendencias, el sociobarómetro constata que el mensaje de “Canarias tiene un límite” ha calado con fuerza entre la juventud. Solo un 33% se opone a la idea de que el turismo represente un problema para las islas, una percepción que trasciende género e ideología, incluso entre jóvenes de derecha y extrema derecha. En paralelo, existe un fuerte consenso crítico sobre el estado del medio ambiente: apenas un 8% considera que el ecosistema canario se cuida lo suficiente, evidenciando una percepción generalizada de naturaleza maltratada .
El Sociobarómetro Juvenil 2025 concluye que la juventud canaria vive una paradoja profunda: un fuerte sentimiento de pertenencia y orgullo identitario convive con la falta de expectativas vitales, lo que alimenta el desencanto, la desafección democrática y la radicalización política. Según el informe, abordar este escenario requiere políticas públicas que no solo refuercen la identidad cultural, sino que ofrezcan respuestas reales en empleo, vivienda, participación y bienestar, evitando que el malestar juvenil siga siendo instrumentalizado por discursos excluyentes y polarizadores.






