El asesinato del 27 de diciembre fue el punto de inflexión para los vecinos de Corralejo. El dolor y la preocupación, acumulados durante meses de denuncias por la creciente inseguridad, llevaron a que cerca de 300 personas acudieran a la cita, convocada a través de redes sociales y algunos medios locales, como Radio Insular. A falta de los permisos necesarios por parte de la Delegación del Gobierno, los organizadores denominaron al evento una «huelga«, aunque lo que se vivió en la Avenida Ntra. Sra. del Carmen esta tarde fue una manifestación espontánea del hartazgo colectivo.
Una protesta marcada por la voz de los vecinos
Sin pancartas pero con fuerza en sus palabras, los asistentes corearon “¡Basta ya!”, “¡Más seguridad!” y “¡Alcalde, dónde estás!”, exigiendo la intervención inmediata del alcalde de La Oliva, Isaí Blanco, y de las autoridades locales. Entre los participantes, los testimonios reflejaron la gravedad de la situación. José Ramón, vecino de Corralejo desde hace más de 40 años, explicó: “Nunca había vivido algo así. No puedes salir a caminar porque en cualquier momento te atracan. Es insoportable”.
Otros residentes, como Pepe Suárez, señalaron la falta de herramientas jurídicas y policiales para combatir esta realidad: “Cada día hay robos. Los cogen y los sueltan porque no tienen un poder jurídico que les retenga o les expulse. Los agentes están atados”.
El tono de la protesta, aunque enérgico, estuvo cargado de emociones. El miedo y la incertidumbre fueron palpables, especialmente entre los organizadores, quienes prefirieron mantenerse en el anonimato por temor a represalias. Fuera de micrófono, explicaron que su decisión refleja el nivel de inseguridad que sienten, no solo en las calles, sino también al alzar la voz.
Presencias polémicas y ausencias notables
El evento no estuvo exento de polémica. El influencer Rudy Ruymán, conocido en redes sociales por sus contenidos calificados como racistas y xenófobos por sus detractores, participó activamente en la protesta. Su presencia generó reacciones divididas entre los asistentes, algunos valorando su visibilidad mediática y otros criticando su implicación en un tema tan delicado.
Por otro lado, la ausencia de representantes del grupo de gobierno, de la oposición y de autoridades insulares fue evidente. Este vacío institucional no pasó desapercibido y aumentó el descontento de los vecinos, quienes sienten que sus demandas no son escuchadas.
Un minuto de silencio por la víctima
El acto finalizó con un minuto de silencio en homenaje a la víctima del asesinato del 27 de diciembre. Fue un momento cargado de solemnidad, donde los asistentes dejaron a un lado sus diferencias para unirse en el dolor compartido. “Queremos recuperar el Corralejo tranquilo que teníamos antes, donde las familias caminaban sin miedo. Esto tiene que cambiar”, expresó una vecina visiblemente emocionada.
Un mensaje claro: «No podemos seguir viviendo así»
La protesta dejó un mensaje contundente: la comunidad de Corralejo no está dispuesta a aceptar la violencia como una normalidad. Exigieron medidas concretas y urgentes para devolver la seguridad a sus calles. “Es hora de actuar. No podemos seguir viviendo así”, concluyó uno de los asistentes.
