Álvaro Veiga entrevistaba este viernes en La Mañana a Gonzalo Marrero, director de Cáritas Diocesana en Canarias sobre el grave problema de la migración en las islas.
Ante la gravedad de la situación generada en Canarias por las decisiones tomadas por el Gobierno de
España respecto a la atención de las personas migrantes recién llegadas a las costas canarias, desde
Cáritas Diocesana de Canarias, unidos a las voces de otras organizaciones e instituciones
ciudadanas y eclesiásticas, nos vemos en la necesidad de volver a levantar nuestra voz y manifestar a
la ciudadanía los siguientes hechos:
– En el momento en que los menores migrantes que residen en centros de acogida cumplen la
mayoría de edad, se quedan en una situación de desamparo que les aboca a quedarse en la
calle, en situación de sin hogar, sin recursos, sin comida y sin acceso a la atención sanitaria. Lo
mismo sucede con las personas migrantes que salen de los hoteles y apartamentos destinados
a la acogida humanitaria, que quedan en una situación similar.
– Es preocupante que la mayoría de las personas migrantes manifieste no haber recibido
información en un idioma que comprenda, ni orientación, ni asesoramiento sobre su situación
administrativa en nuestro país, lo cual deja en desamparo a aquellas situaciones de especial
vulnerabilidad y más necesitadas de protección. Es más, muchos vienen a Cáritas con
moratones y contusiones afirmando haber sido agredidos, insultados y vejados en la vía
pública por su condición de migrantes.
– Esta situación ha determinado que el incremento del número de personas migrantes que
acude cada día a los comedores y servicios de Cáritas en la Avenida de Escaleritas y en San
Fernando de Maspalomas (CAIPSHO), y que sigue creciendo cada día, haya sobrepasado la
capacidad de nuestras cocinas para elaborar los menús necesarios diariamente. Sólo en el mes
de enero, el número de personas que se han acercado a nuestros comedores se ha
incrementado en un 72%. Las personas migrantes llegan a los comedores con un folio donde
se les indica la dirección y horarios de los servicios de comedor, duchas y lavandería de
Cáritas Diocesana de Canarias en la isla de Gran Canaria.
– Las medidas políticas diseñadas por la Unión Europea de control de flujos migratorios
tendentes a convertir territorios como nuestras Islas Canarias en cárceles para migrantes,
cierre y externalización de fronteras y deportaciones, no son ajenas a las causas (conflictos
armados, pobreza y desigualdades, cambio climático, expolio de los recursos naturales, etc.)
que obligan a las personas migrantes a salir de sus países.
– Es imprescindible priorizar políticas de desarrollo justo en los países de origen y actuar para
que las personas no sean expulsadas de sus hogares, así como evitar que sigan siendo víctimas
de organizaciones delictivas que se aprovechan de la desesperación y la falta de oportunidades
en los países empobrecidos. Hemos de denunciar que más de 2.000 personas han perdido la
vida en 2020 intentando alcanzar las costas españolas.
Ante esta situación de grave crisis social y humanitaria solicitamos:
1. A las administraciones públicas, la habilitación de recursos que permitan la atención a las
personas en situación de sin hogar (tanto a las que viven en Canarias como a las personas
migrantes en situación de tránsito), en condiciones dignas y de respeto a los derechos
humanos, para dar respuesta al incremento de personas en esta situación que ha
desencadenado la crisis sociosanitaria y la crisis migratoria que estamos viviendo.
2. Al Gobierno de España:
– Que restablezca, a la mayor brevedad posible, la libre circulación de las personas migrantes a
la Península y al resto de la Unión Europea para que puedan reunirse con sus familias y
continuar su ruta huyendo de la guerra, de la pobreza, de la miseria y buscando la mejora de
sus condiciones de vida, que es el objetivo de un arriesgado viaje, en el que se juegan la vida.
– Que los programas de acogida humanitaria desarrollen un acompañamiento integral de las
personas migrantes, dotándoles de los medios necesarios para poder resolver la situación en
la que se encuentran (asesoramiento jurídico en su lengua materna, conocimiento del español
para su convivencia y comunicación en España, atención psicológica, etc.).
– Que incremente y garantice los fondos económicos suficientes y estables para la Cooperación
al Desarrollo en los países de origen.
3. Al Gobierno de Canarias, Cabildos y Ayuntamientos la puesta en marcha de programas
específicos y adecuados para luchar contra la xenofobia, el racismo y los discursos de odio.
4. A la ciudadanía canaria, recordarle que no se trata solo de migrantes, también se trata de
nuestros miedos, y esto se nota particularmente hoy día, frente a la llegada de migrantes y
refugiados que llaman a nuestra puerta en busca de protección, seguridad y un futuro mejor.
“El problema no es el hecho de tener dudas y sentir miedo. El problema es cuando esas dudas
y esos miedos condicionan nuestra forma de pensar y de actuar hasta el punto de
convertirnos en seres intolerantes, cerrados y quizás, sin darnos cuenta, incluso racistas”
(Papa Francisco).
El restablecimiento de los cauces de derivación a la península y la mejora de la gestión del programa
de acogida humanitaria por parte del Gobierno de España contribuirá a la mejora de la convivencia en
Canarias. Además, ayudaría a controlar los brotes de xenofobia y rechazo generados en algunos
sectores sociales por esta situación fuera de control y por la toma de decisiones políticas
incomprensibles para la ciudadanía, en las que no se están teniendo en cuenta los derechos de todas
las personas, en este mundo que necesitamos compartir y construir desde el respeto a los derechos
humanos y el dinamismo de la solidaridad y la fraternidad cristiana.