El presidente del Cabildo de Fuerteventura, Sergio Lloret, anunció este lunes, en una entrevista en el programa La Voz de Fuerteventura, en Radio Insular, la convocatoria de una reunión abierta a la ciudadanía para dar cuenta de los detalles del expediente de Dreamland.
Sergio Lloret impulsará una convocatoria abierta a la ciudadanía próximamente. El objetivo es explicar y dar detalle, “desde la serenidad”, insistió, del expediente que se tramita sobre el proyecto Dreamland para poner en conocimiento de todas las personas interesadas las alternativas de suelo previstas en el documento presentado para declarar el proyecto de interés insular.
Lloret cree que “van a cambiar mucho las cosas cuando la gente sepa en qué punto estamos” y descartó, de plano, que el Cabildo haya dado luz verde al proyecto en la ubicación planteada por el promotor, en las cercanías de las dunas de Corralejo.
“En absoluto el Pleno dijo Sí a Dreamland en la ubicación propuesta”, manifestó de forma reiterada, “lo único que aprobó el pleno fue reconocer que es una actividad que puede ser buena para Fuerteventura, que puede generar empleo, diversificación económica”.
El resto, insistió, formará parte del procedimiento, incluida la ubicación.
En este sentido, Lloret confesó también tener dudas sobre la propuesta inicial y aseguró creer que “la localización es el gran problema, pero eso está completamente abierto”, recalcó.
Para el presidente de la primera institución insular, Fuerteventura ha perdido ya demasiadas oportunidades, por estrategias electorales, y es preciso, desde el gobierno, “velar por que se generen oportunidades”
Lloret criticó con dureza “los bandazos” que dan, a su juicio, Coalición Canaria y el Partido Popular y mostró su rechazo a las dos enmiendas planteadas por las formaciones.
Por un lado, los nacionalistas propusieron “la negación universal”: No al Dreamland en Fuerteventura. Una opción apoyada por el Partido Popular y que no salió adelante por el voto de calidad del propio Lloret.
Por otro lado, en otra enmienda, “el PP decía no al Dreamland, salvo que el promotor en el plazo de un mes presentara un proyecto con otra ubicación”.
Un planteamiento, criticó, que “me parece de risa y que es implanteable por un grupo como el Partido Popular” porque “¿cómo va a obligar el Cabildo a que traiga otra ubicación en la que tenga derechos sobre el suelo?”, se preguntó.
En este punto, el presidente quiso aclarar la diferencia entre los proyectos de interés insular que se promueven desde el ámbito público y el privado. En el primero de los casos, la corporación puede decidir sobre el suelo y proceder a la expropiación, si fuera preciso. En el segundo de los casos, el promotor privado debe, necesariamente, para iniciar la tramitación ser el titular del suelo o tener algún derecho sobre el suelo.
Lloret recordó, además, que “fueron Coalición Canaria y el Partido Popular quienes permitieron, por ley, que un grupo privado en estas condiciones pueda iniciar una tramitación”.
También manifestó su malestar con la defensa que hacen del territorio “quienes no lo protegieron en el planeamiento vigente”.
En cualquier caso, Lloret aseveró que hubiera sido un “error catastrófico” no reconocer el interés insular.
“Que toda la Isla pueda opinar”
Ahora el expediente comienza a caminar y hay que estudiar las cinco alternativas que propone el documento: Corralejo, Montaña Atalaya, Parque Holandés, Nuevo Horizonte-El Castillo y Matas Blancas.
Una vez que se publique en el BOC, la ciudadanía, los partidos políticos, las entidades ecologías, grupos empresariales, “que toda la Isla pueda opinar, con la mayor transparencia y serenidad, aunque estén las elecciones”.
El presidente aboga por no dejar pasar esta oportunidad pero sí logrando “un consenso social, con la compatibilidad medioambiental, con la viabilidad económica …que fluya la información”.
Para concluir, Lloret se comprometió a que “si vemos que no hay viabilidad ambiental, es el principal escollo que va a tener este procedimiento, diremos `aquí no ´; pero será durante la tramitación del expediente”, concluyó.