Setenta años después de que el Consejo de Ministros oficializara el cambio de nombre de Puerto de Cabras por Puerto del Rosario, la cuestión regresa al debate ciudadano. Medio centenar de personas participaron anoche en el encuentro convocado por la Asociación Patrimonial El Efequén en el local vecinal de La Molina, con el objetivo de presentar una campaña que propone recuperar el topónimo histórico de la capital de Fuerteventura.
El portavoz de la asociación, el historiador Jesús Giráldez, defendió la recuperación de este nombre como un acto de justicia patrimonial y lingüística: “Fue el nombre que tuvo este lugar, luego convertido en pueblo, capital y, más tarde, en municipio”, explicó, subrayando el valor simbólico de la cabra en la identidad de la isla: “Deberíamos estar orgullosos, y no avergonzados”.
Al acto acudieron también el alcalde del municipio, David de Vera, y el concejal de Patrimonio Histórico, David de León. El primer edil se mostró favorable a impulsar una consulta popular en la que sea la ciudadanía quien decida si mantener el actual nombre o volver a Puerto de Cabras. Planteó incluso la posibilidad de aplicar el cambio solo al casco histórico si así lo decidieran los vecinos: “Es importante tener opiniones y que esa consulta sea lo más amplia posible”, manifestó.
El topónimo Puerto de Cabras aparece documentado por primera vez en un mapa del cartógrafo veneciano Giacomo Giroldi, en 1426, y se mantuvo durante más de cinco siglos. Fue en 1956 cuando, bajo el régimen franquista, el Consejo de Ministros validó el cambio propuesto por el Ayuntamiento, con informes favorables del Cabildo, el gobernador civil y la Real Academia de la Historia.
A este debate histórico ya se adelantó, en 1987, el médico, investigador y divulgador cultural Juan Manuel Perdomo Nóbrega, fallecido el pasado 18 de abril de 2025. En su artículo “Puerto de Cabras: la recuperación de una capitalidad”, publicado en el diario El Día el 25 de diciembre de ese año, expuso los argumentos históricos, políticos y culturales que rodearon al cambio de nombre, y defendió con lucidez la legitimidad del nombre original.
Médico de profesión, Juan Manuel Perdomo fue además un apasionado de la historia insular, caminante incansable, colaborador de jornadas históricas y divulgador cultural. Su defensa de la memoria majorera dejó una profunda huella, y su artículo, hoy convertido en documento de referencia, es un testimonio clave de un debate que regresa con fuerza.
Por su valor histórico y simbólico, reproducimos a continuación el texto completo publicado hace casi 40 años, que hoy sigue vigente en el corazón de quienes defienden la memoria viva de Puerto de Cabras.
Puerto de Cabras: la recuperación de una capitalidad
Juan Manuel Perdomo Nóbrega, uno de los grandes defensores de la idea
Publicado en El Día – Tenerife, viernes 25 de diciembre de 1987
“Puerto de Cabras: La recuperación de una capitalidad”.
Con este título ha escrito Juan Manuel Perdomo Nóbrega un trabajo bastante interesante sobre los motivos que indujeron al cambio de la capital de Fuerteventura. En esta obra se incluye y el resultado de una encuesta sobre el cambio de nombre, realizada en octubre de 1983, además de un minucioso estudio sobre los orígenes de Puerto de Cabras y los motivos que indujeron a la corporación municipal al cambio de nombre por el de Puerto del Rosario.
Rescatar un antiguo nombre
El nombre de Puerto de Cabras, según Juan Manuel Perdomo, lo recoge por vez primera un mapa del genovés Nicolás Giacomo Giraldi, fechado en 1426, volviendo a aparecer en otro que en Mallorca confeccionó Gabriel de Vallesca trece años más tarde.
En 1956 se produjo el cambio de nombre de la capital, asignándole el nombre de Puerto del Rosario. No se llevó a cabo con agrado alguno de los habitantes de Fuerteventura, sino con bastantes reservas, incluso personales de algunos concejales del momento, que se vieron sacrificados por una votación 5/3. A esta actitud, que suponía “la legítima aspiración”, según este facultativo, se satisfizo por Madrid. Sonó la hora final para Puerto de Cabras. De un plumazo se desterraban unas señas de identidad que habían emergido de los primeros pobladores de la denominada “zona de cabras” en la antigua Herbania.
El cambio de capitalidad se produjo en el Consejo de Ministros, el 16 de marzo de 1956, tomando como base el acuerdo del Ayuntamiento de Puerto de Cabras que, en sesión plenaria del 27 de mayo del mismo año, se tomó por aclamación el acuerdo de elevar al Ministerio de Gobernación para que fuera autorizada la nueva etiqueta: Puerto del Rosario.
El alcalde, don Miguel Velázquez Curbelo, protagonista del “cambio”, envió cartas a diversas personalidades canarias, comunicándoles el nuevo nombre del municipio. Entre ellas, el director de Televisión Española, el Obispo de la Diócesis de Canarias en Las Palmas, Obispo de la Diócesis de Tenerife, Radio Nacional de España en Tenerife, director de Radio Las Palmas y a Vicente Martínez, en Las Palmas.
Con fecha 25 de junio de 1986, El Día dio a la luz pública un artículo titulado Puerto de Cabras, capital de Fuerteventura, que recogía en su contenido un escrito del Instituto de Estudios Canarios a la Dirección General de Administración Local.
El referido instituto defendía con fuerza el antiguo nombre de Puerto de Cabras. A partir del mismo, la corporación municipal del pueblo que aún se denominaba “zona de cabras” se defendió con “garra” de las duras críticas del Instituto de Estudios Canarios.
Con fecha 30 de junio del mismo año, el alcalde envió al director de El Día una carta rogándole que insertara de nuevo el texto de un artículo titulado: Puerto del Rosario, es la capital de Fuerteventura. El propio alcalde de Puerto del Rosario envió a Madrid unos escritos al Director General de Cultura y Propaganda y al Ministerio de Educación Nacional para posicionarse sobre El Día, el Instituto de Estudios Canarios, a los que les hacía saber que la capital de Fuerteventura era Puerto del Rosario.
Juan Manuel Perdomo, defensor de la antigua capital majorera y en especial del nombre de Puerto de Cabras, junto con Leopoldo de la Rosa, director en los años 50 del Instituto de Estudios Canarios, fue uno de sus primeros valedores.
En el artículo que publicó El Día nuestro Perdomo (27 de julio de 1957, colocado en la portada), se hacía eco de los sentimientos de una isla que se ve realmente amputada desde la cristianización de la isla y, además, tiene en su abono otras razones que lo unen estrechamente a la vida de Fuerteventura.
En efecto, conquistada la isla de Fuerteventura para Castilla por el caballero normando Juan de Bethencourt y sus colaboradores franceses y castellanos en 1404, el primer mapa que contiene otros nombres notables, además del general de la isla, hasta entonces el único conocido, es el de Valentín Fernández, de hacia 1480 o escasos anteriores; pues bien, ya en él aparece el nombre de Puerto de Cabras como lugar habitado en la costa occidental de la isla, donde ha existido siempre desde entonces, y siendo reconocido por los primeros establecimientos castellanos. En aquel momento histórico los centros urbanos estaban planificados en ciudades del Real de Las Palmas, en Gran Canaria, y en la de San Cristóbal en Tenerife; Puerto de Cabras es, pues, uno de los más antiguos lugares españoles de las Canarias.
¿Se puede borrar de un plumazo 530 años de historia?
Debe nuestro pueblo meditar y unificarse en el querer de Fuerteventura y al ser el pueblo que representa el corazón geográfico, de la antigua capital insular, Puerto de Cabras.





