El objetivo del simulacro es garantizar la protección de las vidas humanas y los bienes que pudieran verse afectados por un incidente de este tipo, asegurar la continuidad o el restablecimiento de la operatividad aeroportuaria y aumentar la confianza de los equipos y personas que intervienen en este tipo de situaciones.
El ejercicio ha simulado el accidente con incendio de un avión Boeing 737 8MAX-200, con 16 pasajeros y 4 tripulantes a bordo, que transportaba mercancías peligrosas, además de 9 toneladas de combustible.
Al observar el accidente, Torre de Control (TWR) pulsa la alarma de aviso al Servicio de Salvamento y Extinción de Incendios (SSEI), que acude al lugar del siniestro y comunica lo sucedido al Centro de Operaciones, activándose el Plan de Emergencia del Aeropuerto. Se establecen el Puesto de Mando Principal y el Avanzado, se solicita ayuda externa de los servicios sanitarios y de extinción de incendios y se alerta a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
Durante el desarrollo del simulacro, se activa el Plan Territorial de Protección Civil de la Comunidad Autónoma de Canarias (PLATECA) y se procede al traslado del mando de la emergencia entre la dirección del Aeropuerto y la Dirección General de Seguridad y Emergencias.
Una vez el fuego es extinguido, se coordina la llegada de las ambulancias y la atención y traslado a centros hospitalarios de los pasajeros afectados. El balance final de víctimas es de 5 fallecidos (entre ellos 2 tripulantes), 7 heridos graves o muy graves (incluidos también 2 miembros de la tripulación) y 8 personas con heridas de carácter leve o ilesas. Se activa la sala de heridos leves o ilesos para acoger a los pasajeros que se encuentran estables y proporcionarles asistencia, así como la sala de familiares para atender a los allegados de las personas implicadas en el accidente. Una vez controlada la situación y declarada la zona como segura, los puestos de mando dan por finalizado el simulacro.
Con este ejercicio, el Aeropuerto de Fuerteventura cumple con la normativa de la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional) y la reglamentación de la Unión Europea en lo que respecta a la planificación de emergencias, donde se recogen todos los procedimientos de actuación, así como los protocolos para solicitar ayuda externa y coordinarla.