Edu Blasco, el nadador internacional criado en Fuerteventura, que recientemente emocionaba a millones de espectadores tras su participación en «El diario de Jorge», donde anunciaba a su madre, Elvira, que en octubre embarcaría en una misión humanitaria en Gaza, un destino peligroso que una vez más refuerza la vertiente humanitaria de este campeón forjado en tierras majoreras, ha vuelto a hacer historia al conseguir una nueva medalla de oro en los Campeonatos Mundiales celebrados en Gold Coast, Australia. Este logro no solo consolida su trayectoria como uno de los mejores en su disciplina, sino que también tiene un significado especial, ya que el evento se celebró en Australia por primera vez en 100 años.
Edu Blasco, de 29 años, ha demostrado ser uno de los referentes del salvamento y socorrismo en España. A lo largo de su carrera, ha roto más de 30 récords de España y ha ganado más de 60 medallas nacionales, un palmarés que habla por sí solo de su dedicación y excelencia en este deporte. Aunque nacido en el País Vasco, Blasco se formó en las costas de Fuerteventura, donde forjó su talento y pasión por el salvamento.
En el Mundial de Salvamento 2024, el equipo de Edu Blasco, Club Deportivo, consiguió el primer puesto en la prueba MENS 4 x 25M Manikin Relay con un tiempo impresionante de 1:06.31, superando por una mínima diferencia al equipo italiano Rane Rosse Tea (1:06.42) y al equipo australiano BMD Northcliff (1:06.97). Este resultado reafirma la posición de Edu Blasco y su equipo como uno de los mejores en el mundo del salvamento y socorrismo.
Compromiso humanitario por encima de todo
Pero para Edu Blasco, el deporte no es el único ámbito en el que busca destacar. Más allá de las competiciones y medallas, Blasco ha dedicado gran parte de su vida a participar en misiones humanitarias, utilizando sus habilidades en el rescate y socorrismo para ayudar a los más vulnerables. En la entrevista, compartió detalles sobre su próxima misión, que se llevará a cabo en el Sáhara, donde distribuirá medicamentos y ofrecerá apoyo a las comunidades locales más desfavorecidas. “Voy a echar una mano en la entrega de medicamentos para los niños y las personas que lo necesitan”, explicó, subrayando la dura realidad que enfrentan muchas personas simplemente por haber nacido en contextos menos favorables.
El atleta, quien ya ha participado en varias misiones de rescate, tanto en el Mediterráneo como en Canarias, expresó su deseo de que el mundo llegue a un punto donde este tipo de ayuda ya no sea necesaria. “Lo que haría falta es que no hiciera falta ayuda”, reflexionó Blasco, destacando la necesidad de resolver los problemas en su origen, en lugar de depender de la asistencia humanitaria como último recurso.
A lo largo de la entrevista, Blasco habló con pasión sobre la importancia de la defensa de los derechos humanos. Expresó su preocupación por la situación que enfrentan muchas personas en conflictos internacionales, mencionando específicamente zonas como Ucrania, Gaza y el Sáhara. “La población civil siempre es la que más sufre, ya sea en Ucrania, Gaza o el Sáhara”, subrayó.
Blasco también lanzó una crítica hacia la falta de compromiso de algunos gobiernos en la defensa de los derechos humanos y su papel en los conflictos globales. “Me gustaría que los estados y Europa estuviesen realmente comprometidos con la vida, no solo de los europeos, sino de todos los seres humanos”, afirmó con firmeza.
Además, enfatizó que, si los gobiernos y las organizaciones internacionales actuaran de manera más responsable y empática, habría menos necesidad de las operaciones de rescate en las que él y otros tantos activistas se involucran. “Yo puedo rescatar a mucha gente, pero siempre se va a perder más si no se actúa en el origen de los problemas”, reflexionó Blasco.
El deporte como motor de cambio social
Blasco cree firmemente que el deporte tiene el poder de inspirar cambios sociales. Explicó cómo el deporte debería alinearse con valores fundamentales como el respeto a la diversidad, la igualdad y la inclusión, algo que a menudo se promueve en eventos internacionales. “Vemos cómo la FIFA y los Juegos Olímpicos intentan ser igualitarios, pero nos falta creérnoslo de verdad“, comentó. Para Blasco, la lucha contra el racismo, la homofobia y la xenofobia es clave, tanto en el deporte como en la sociedad.
También reflexionó sobre el impacto del deporte en la educación y la manera en que puede inculcar valores en las generaciones futuras. Blasco enfatizó la necesidad de promover el respeto y la inclusión en el deporte, y señaló que estas virtudes deben ser el núcleo de cualquier disciplina deportiva.
Historias de supervivencia en el Mediterráneo
Uno de los momentos más conmovedores de la entrevista fue cuando Blasco habló sobre sus experiencias en operaciones de rescate en el Mediterráneo y cómo estas vivencias lo han transformado personalmente. “He aprendido mucho más del mundo en los rescates que viajando como deportista”, confesó. Blasco relató cómo ha escuchado historias desgarradoras de personas que huyen de sus países buscando sobrevivir, destacando la diversidad de nacionalidades que se encuentran en el Mediterráneo en su lucha por una vida mejor.
“El Mediterráneo y Canarias son rutas muy peligrosas, y es impresionante ver cómo personas de diferentes nacionalidades, ya sea de Bangladesh o de otros lugares, arriesgan sus vidas para sobrevivir“, dijo Blasco. A través de estas experiencias, ha desarrollado una profunda empatía y un sentido de responsabilidad, que lo motiva a seguir luchando por aquellos que no tienen voz.
Edu Blasco
Edu Blasco se ha convertido no solo en un ejemplo de éxito deportivo, sino también en un modelo de lucha por la justicia y la solidaridad. Su compromiso con los derechos humanos y su labor en el deporte son una fuente de inspiración para muchos. En sus propias palabras, “Estar en el lado bueno de la historia” es lo que realmente le llena como persona, mucho más que los trofeos y las medallas que pueda ganar.
A pesar de los sacrificios que hace al combinar su carrera deportiva con sus misiones humanitarias, Blasco lo tiene claro: “Preferiría no tener ni una sola medalla y seguir en esto hasta que me den los brazos“, afirmó en un mensaje de profunda humildad y dedicación.