El hombre detenido este martes por la Guardia Civil por haber arrojado piedras contra un helicóptero de extinción de incendios, que tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia, es un hombre de 80 años vecino de la zona de La Montañeta, en Güímar.
Este hombre está siendo investigado como presunto autor de un delito en materia de navegación aérea, indican fuentes de la Guardia Civil, que detallan que lanzó las piedras contra el helicóptero cuando se disponía a cargar agua en un estanque de su propiedad.
La piedra golpeó un aspa del rotor principal de la aeronave, motivo por el cual el piloto decidió por seguridad abandonar las labores de extinción y dirigirse al aeropuerto de Tenerife Norte para la valoración de los daños ocasionados.
El incidente ha dejado al dispositivo que trabaja para extinguir el incendio con un medio aéreo menos hasta que el citado helicóptero sea reparado.
El helicóptero pertenece al Cabildo de Tenerife, según ha informado en la rueda de prensa sobre la evolución del incendio su presidenta, Rosa Dávila.
El Ayuntamiento de Güímar ha subrayado que esta actitud “por más que sea minoritaria” pone en peligro a los cuerpos de seguridad y amenaza con echar por tierra “el inmenso esfuerzo que se ha realizado en la extinción del incendio” en este municipio.
Por ello hace un llamamiento a la población “apelando a la responsabilidad de todos y de todas” porque, afirma, hay que seguir las instrucciones de las autoridades de seguridad y emergencias “y no entorpecer su trabajo para que superemos esta difícil situación cuanto antes”.
El incendio de Tenerife, que afecta a una superficie de 14.624 hectáreas, ha dado su primera noche de tranquilidad al dispositivo de extinción pero mantiene un frente activo en un lugar complicado por sus escarpadas laderas, Mal Abrigo, situado precisamente en el municipio de Güímar. EFE