La Red Sísmica Canaria registró 14 terremotos de baja magnitud entre la noche del 29 y la madrugada del 30 de diciembre en el sector suroeste de la caldera del Teide, un fenómeno ya observado en episodios anteriores y que no implica un aumento del peligro volcánico.
La isla de Tenerife ha registrado en los últimos días un nuevo episodio de actividad sísmica de baja intensidad. La Red Sísmica Canaria del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) detectó un denominado enjambre sísmico al oeste de la caldera de Las Cañadas del Teide, ocurrido entre las 22:30 horas del 29 de diciembre de 2025 y las 01:14 horas del día 30.
Durante ese intervalo de tiempo se contabilizaron un total de 14 eventos sísmicos, de los cuales 11 pudieron ser localizados con precisión por los sistemas de vigilancia. Según los datos facilitados por Involcan, la magnitud máxima registrada fue de 1 en la escala de Richter, lo que sitúa estos movimientos en el rango de microseísmos, imperceptibles para la población y sin capacidad para causar daños.
Los terremotos se concentraron en el sector suroeste de la caldera, a profundidades comprendidas mayoritariamente entre los 8 y los 16 kilómetros. Esta distribución en profundidad es coherente con otros enjambres sísmicos detectados históricamente en la isla y se asocia a procesos internos del sistema volcánico, como reajustes de esfuerzos o movimientos de fluidos en profundidad.
El análisis espectral de las señales sísmicas ha revelado un predominio de bajas frecuencias, un comportamiento característico de este tipo de episodios y similar al observado en enjambres registrados en meses y años anteriores. Entre ellos, Involcan ha recordado el episodio ocurrido el pasado 7 de noviembre de 2025, que presentó patrones muy similares tanto en número de eventos como en su localización y características técnicas.
Desde el punto de vista científico, este tipo de enjambres forman parte de la dinámica habitual de un territorio volcánicamente activo como Tenerife, donde el sistema magmático continúa evolucionando a lo largo del tiempo, incluso en ausencia de erupciones. En este sentido, los expertos subrayan la importancia de la vigilancia continua para detectar cualquier cambio significativo en los parámetros geofísicos o geoquímicos.
No obstante, el propio Involcan ha sido claro al señalar que este episodio no supone cambios en la probabilidad de una erupción volcánica ni a corto ni a medio plazo, que continúa siendo baja. La actividad registrada se enmarca dentro de los niveles considerados normales para el edificio volcánico del Teide y no ha venido acompañada de otras señales de inestabilidad, como deformaciones del terreno anómalas o variaciones significativas en la emisión de gases.
Las autoridades científicas insisten en que la población puede mantenerse informada a través de los canales oficiales y recuerdan que la vigilancia volcánica en Canarias es constante y se apoya en una de las redes de monitorización más completas del ámbito volcánico europeo. Este seguimiento permanente permite ofrecer información rigurosa y actualizada, evitando alarmismos innecesarios y garantizando una correcta gestión del riesgo volcánico en el archipiélago.



