Un hilo en Twitter creado por @anaamorera el pasado 31 de enero, cuenta como su abuela ingresada (no COVID) en el Hospital General de Fuerteventura falleció «sola» debido a la imposibilidad y «prohibición» de estar acompañada por un familiar. «Pido por favor que lo difundan para que llegue a manos de quien tenga que llegar y se le caiga la cara de la vergüenza», solicita en el encabezamiento del hilo que cuenta con cerca de 900 retweet.
A continuación le mostramos su contenido:
- «Mi abuela fue ingresada el lunes en el Hospital General de Fuerteventura por una anemia, que sin llegar a ser preocupante, le hacía estar débil. Mi padre tras esta noticia decide coger el barco y venir a verla al hospital el martes, último día que la vería con vida .
- Esa última noche con ella, mi abuela fue mi abuela, preguntó por todos, por sus plantas, sus animales, por todos. Todos éramos optimistas no solo por las ganas de volver a verlas sino también por lo que nos decían los médicos sin corazón que le “atendieron”.
- Mi padre después de despedirse de ella sin saber que sería la última vez vuelve a su querida Tindaya, y le dicen que el Hospital ha cerrado y que nadie puede entrar, mi padre recalca por activa y por pasiva que mi abuela NO puede valerse por sí misma.
- Isabel no podía caminar, no podía comer si no la atendían, no podía ir al baño sola, no podía, en definitiva, valerse por sí misma. Ante esto mi padre le rogó a la doctora que le dejase quedarse con ella porque sabía que mi abuela sola no estaba bien, que le necesitaba.
- Ante esto, la doctora le dice que sí, que le da un pase ya que mi abuela era una persona dependiente y con gran sobrepeso, la noche del miércoles mi padre va al hospital y al llegar le dicen, prácticamente, que se vaya por donde ha venido, que a él nadie le ha autorizado.
- Mi padre como es normal, respetó estas medidas pero con el corazón en un puño, sabiendo que mi abuela lo estaría esperando. Él movió cielo y tierra por que dejaran verla, se haría PCR, no saldría del hospital si lograba entrar, pero no, decidieron que no.
- Tras tanta insistencia por parte de mi padre la doctora solo le dijo que si mi abuela empeoraba se lo dirían, (mi abuela entró por una anemia), llaman a mi padre el viernes y le dicen que tiene una infección en la sangre pero que ella está ahí, estable y nada grave.
- La siguiente noticia que supimos fue el sábado diciendo que mi abuela había fallecido, de qué? Pues ni nosotros lo sabemos porque no nos lo han querido decir. A mi padre le quitaron el derecho de despedirse de su madre, y a mi abuela de morir acompañada.
- Una vez fallecida si dejan subir a mi madre, a mi padre y a mi tía a despedirse del cuerpo de mí abuela mientras que en la MISMA habitación había otra mujer ATADA a su silla, aprovechando que no tenía familiares y así pues que no “molestase”.
- Con esto quiero reflejar el gran problema que está siendo morir en soledad, mi abuela murió cantando por no tener a quien darle la mano, esta isla está en fase 2, y mi abuela NO tenía coronavirus, y aún así se le trató como una apestada.
- Mi abuela entregó ayuda y generosidad a todos, amó la tierra de Fuerteventura y la mala gestión de la sanidad de esta misma fue la que la llevó al peor de sus finales, la muerte en soledad y la privación del adiós de los que tanto la queríamos y la queremos.»
Hilo de cómo dejaron morir a mi abuela sola en el Hospital General de Fuerteventura (no COVID). Pido que por favor lo difundan para que llegue a manos de quien tenga que llegar y se le caiga la cara de la vergüenza. pic.twitter.com/BAGS7dvC2v
— Ana Morera (@anaamorera) January 31, 2021