Este viernes Gonzalo Marrero, director de Cáritas Diocesana en Canarias participaba en La Mañana de Radio Insular junto a Álvaro Veiga donde explicó la complicada situación que viven las islas fruto de la migración. 23.000 personas migrantes han llegado a las costas del Archipiélago en el último año. Una situación que Marrero analizó en la emisora majorera, culpando en buena parte a las decisiones tomadas por el Gobierno de España cumpliendo el bloqueo de flujo migratorio impuesto por la Unión Europea.
En el momento en que los menores migrantes que residen en centros de acogida cumplen la mayoría de edad, se quedan en una situación de desamparo que les aboca a quedarse en la calle, en situación de sin hogar, sin recursos, sin comida y sin acceso a la atención sanitaria. Lo mismo sucede con las personas migrantes que salen de los hoteles y apartamentos destinados a la acogida humanitaria, que quedan en una situación similar.
Asegura que muchos migrantes acuden a Cáritas con moratones y contusiones afirmando haber sido agredidos, insultados y vejados en la vía pública por su condición de migrantes.
Esta situación ha determinado que el incremento del número de personas migrantes que acude cada día a los comedores y servicios de Cáritas en la Avenida de Escaleritas y en San Fernando de Maspalomas (CAIPSHO), y que sigue creciendo cada día, haya sobrepasado la capacidad de nuestras cocinas para elaborar los menús necesarios diariamente. Solo en el mes de enero, el número de personas que se han acercado a nuestros comedores se ha incrementado en un 72%. Las personas migrantes llegan a los comedores con un folio donde se les indica la dirección y horarios de los servicios de comedor, duchas y lavandería de Cáritas Diocesana de Canarias en la isla de Gran Canaria.
En el cado de Cáritas en Fuerteventura en la actualidad disponen de un piso de acogida en la calle Galicia de Puerto del Rosario donde se atienden a 25 menores migrantes.
El responsable de Cáritas en Canarias explica que las medidas políticas diseñadas por la Unión Europea de control de flujos migratorios tendentes a convertir territorios como nuestras Islas Canarias en cárceles para migrantes, cierre y externalización de fronteras y deportaciones, no son ajenas a las causas (conflictos armados, pobreza y desigualdades, cambio climático, expolio de los recursos naturales, etc.) que obligan a las personas migrantes a salir de sus países.
Cree que es imprescindible priorizar políticas de desarrollo justo en los países de origen y actuar para que las personas no sean expulsadas de sus hogares, así como evitar que sigan siendo víctimas de organizaciones delictivas que se aprovechan de la desesperación y la falta de oportunidades en los países empobrecidos. Hemos de denunciar que más de 2.000 personas han perdido la vida en 2020 intentando alcanzar las costas españolas.
Ante esta situación de grave crisis social y humanitaria desde Cáritas Diocesana en Canarias solicitan a las administraciones públicas, la habilitación de recursos que permitan la atención a las personas en situación de sin hogar (tanto a las que viven en Canarias como a las personas migrantes en situación de tránsito), en condiciones dignas y de respeto a los derechos humanos, para dar respuesta al incremento de personas en esta situación que ha desencadenado la crisis sociosanitaria y la crisis migratoria que estamos viviendo.
Al Gobierno de España solicitan que restablezca, a la mayor brevedad posible, la libre circulación de las personas migrantes a la Península y al resto de la Unión Europea para que puedan reunirse con sus familias y continuar su ruta huyendo de la guerra, de la pobreza, de la miseria y buscando la mejora de sus condiciones de vida, que es el objetivo de un arriesgado viaje, en el que se juegan la vida.
También urge a que los programas de acogida humanitaria desarrollen un acompañamiento integral de las personas migrantes, dotándoles de los medios necesarios para poder resolver la situación en la que se encuentran (asesoramiento jurídico en su lengua materna, conocimiento del español para su convivencia y comunicación en España, atención psicológica, etc.).
Otra exigencias es que se incremente y garantice los fondos económicos suficientes y estables para la Cooperación al Desarrollo en los países de origen.
Por su parte al Gobierno de Canarias, Cabildos y Ayuntamientos solicita la puesta en marcha de programas específicos y adecuados para luchar contra la xenofobia, el racismo y los discursos de odio.
A la ciudadanía canaria, Gonzalo Marrero les recuerda que no se trata solo de migrantes, también se trata de nuestros miedos, y esto se nota particularmente hoy día, frente a la llegada de migrantes y refugiados que llaman a nuestra puerta en busca de protección, seguridad y un futuro mejor.
El restablecimiento de los cauces de derivación a la península y la mejora de la gestión del programa de acogida humanitaria por parte del Gobierno de España contribuirá a la mejora de la convivencia en Canarias. Además, ayudaría a controlar los brotes de xenofobia y rechazo generados en algunos sectores sociales por esta situación fuera de control y por la toma de decisiones políticas incomprensibles para la ciudadanía, en las que no se están teniendo en cuenta los derechos de todas las personas, en este mundo que necesitamos compartir y construir desde el respeto a los derechos humanos y el dinamismo de la solidaridad y la fraternidad cristiana.
Puede escuchar la entrevista completa en el siguiente enlace.