La consejera de Turismo y Empleo del Gobierno de Canarias, Jéssica de León, ha expresado su preocupación por la creciente incertidumbre que generan los conflictos internacionales y el enfoque de la Unión Europea en el rearme, factores que podrían comprometer la estabilidad del sector turístico, principal motor económico del archipiélago.
Durante su comparecencia en la comisión parlamentaria a instancias del diputado de Coalición Canaria, José Manuel Bermúdez, De León informó que las previsiones para este verano indican un crecimiento del 8,5 % en las plazas aéreas, mientras que para la temporada de invierno 2025-2026 se espera un aumento del 1,7 %. Estas cifras, señaló, reflejan una etapa de «estabilización de los flujos turísticos hacia Canarias», tras un periodo prolongado de crecimiento.
Sin embargo, advirtió que este aparente equilibrio no debe interpretarse como garantía de continuidad, ya que se está produciendo en un contexto internacional marcado por la “extraordinaria conflictividad” y el uso constante de un lenguaje orientado al rearme y la defensa en la UE, lo que —según la consejera— “genera incertidumbre, que es la enemiga absoluta de cualquier actividad económica”.
De León también vinculó la situación geopolítica al incremento del precio de los combustibles, afectado por el conflicto entre Estados Unidos, Israel e Irán, y alertó del impacto de nuevas ecotasas en el precio de los billetes aéreos.
Aunque destacó que Canarias mantiene su fortaleza como destino turístico de calidad, con una clientela cada vez más vinculada a las rentas medias-altas de países como Reino Unido y Alemania, reconoció que ya se detecta una ralentización en las reservas, especialmente a medio y largo plazo.
Otro dato que generó inquietud fue el hecho de que un 20 % de las familias se está endeudando para poder irse de vacaciones, lo que podría estar marcando una tendencia insostenible a largo plazo.
Ante este escenario, De León concluyó que Canarias no podrá competir bajando precios, ya que se encuentra inmersa en un proceso de reconversión de su planta alojativa orientado a atraer a turistas con mayor poder adquisitivo. Y advirtió que, aunque 2025 pueda cerrarse con cifras similares a las de 2024, el futuro inmediato dependerá de cómo evolucione la demanda en los principales países emisores, en un contexto de encarecimiento generalizado.
También nos advertían que desaparecerían los británicos con el Brexit. No pasamos de alarmarnos. Habría que agradecer que se ralentizaran las llegadas pues ya, para atender tanto turista, tenemos que importar trabajadores.