Apple ha comenzado a utilizar de manera interna los nombres de tres islas españolas (La Palma, Ibiza y Lobos) como denominaciones de desarrollo para sus nuevos modelos de procesadores propios para ordenadores Mac, que pertenecen a la tercera generación que sucederá a los modelos M1 Pro y M1 Max.
Así lo ha recogido el medio The Information en un reportaje sobre los próximos planes de Apple en el desarrollo de sus procesadores propios de Apple Silicon, que desde su debut a finales de 2020 han ido sustituyendo a los chips de Intel en sus ordenadores Mac.
Apple ha comenzado a trabajar en las dos próximas generaciones de sus chips propios, después de los primeros chips M1, presentados en 2020, y sus variantes más avanzadas M1 Pro y M1 Max, anunciadas en octubre con mejoras para los nuevos portátiles profesionales MacBook Pro.
Según han asegurado tres personas con conocimiento sobre los planes de Apple, como publica The Information, los chips de tercera generación tendrán como nombres internos de desarrollo a tres islas españolas: las canarias La Palma y Lobos, y la balear Ibiza. Los planes de Apple en el segmento de procesadores desvelan que los futuros procesadores de la marca estadounidense para ordenadores podrían mejorar sustancialmente el rendimiento de las próximas familias de chips de Intel que se lancen a la vez.
La filtración sobre los nuevos nombres de los procesadores de la marca llega unos días después de que se supiera que Apple se ha visto obligada a reducir la producción de iPads para utilizar componentes, como los chips, en los iPhone 13. La multinacional se ha visto obligada a implementar esta medida como consecuencia de la escasez de suministros y en particular de semiconductores a nivel global.
Según ha informado Nikkei, Apple ha recortado la producción de estas tabletas, que comparten diferentes componentes con los iPhone 13, para destinar sus chips a estos teléfonos y dar prioridad a su venta ante la escasez mundial de suministros. Además de haber frenado la fabricación de estos dispositivos en un 50% en los últimos dos meses (teniendo en cuenta que el iPhone 13 comenzó a comercializarse a finales de septiembre), Apple ha optado por reducir también la producción de iPhones más antiguos.
La compañía se ha centrado en la fabricación de su último lanzamiento porque, al tratarse de una novedad, prevé una mayor demanda con respecto al iPad conforme los mercados occidentales vuelvan a mostrar índices prepandémicos, según ha asegurado este medio.