Alejandro Navarro, originario de Gran Canaria y residente en Fuerteventura, ha sumado una nueva medalla de plata a su extenso palmarés en el Campeonato de Europa de Kárate Kyokushinkai, en la categoría open, celebrado en Polonia. Este logro reafirma su posición como uno de los karatekas más destacados del continente y consolida su reputación como un referente en el deporte canario.
Navarro comenzó su andadura en las artes marciales en Gran Canaria, practicando disciplinas como el taekwondo y el hapkido desde muy joven. Fue en Fuerteventura, a los 16 años, durante una visita a sus familiares, donde descubrió su pasión por el Kyokushin kárate. Cuatro años después, decidido a dedicarse por completo a esta modalidad, se trasladó a Fuerteventura, que desde entonces ha sido su hogar y el lugar donde ha alcanzado sus mayores logros.
El palmarés de Navarro es testimonio de su incansable dedicación y talento. En el Kyokushin World Cup en categorías de peso, ha conquistado el oro en múltiples ocasiones, destacándose victorias en ciudades como Vitoria (2008), Kyiv (2009), Wroclaw (2023), Padova (2011) y Berlín (2015). Su más reciente medalla de oro la obtuvo en Varna en 2024 en la categoría de -90 kg, demostrando que su habilidad y destreza siguen intactas. Además, Navarro ha sumado medallas de plata y bronce en otros campeonatos europeos y ha sido un competidor constante en la categoría de -90 kg y +90 kg.
En los European Open Karate Championships, Navarro también ha dominado la escena. Entre sus victorias se encuentran los títulos en Sicilia (2006), Riesa (2007), Varna (2008) y en varias ediciones celebradas en París (2009, 2011, 2013). Ha logrado también el primer puesto en Lublin (2016), Ciorescu (2018) y Cracovia (2022), consolidándose como un competidor de élite en el Kyokushin europeo.
Su talento no se ha limitado a Europa. En el All Japan Championships, Navarro se consagró campeón en 2012 y obtuvo plata en 2009 y 2013. En el All American Open International Karate Championships, logró la victoria en 2018 y ha sido medallista en otras ediciones, lo que demuestra su capacidad para competir al más alto nivel internacional.
A pesar de su éxito en el kárate, Navarro también ha mostrado interés por el kickboxing, con la ambición de competir en K-1. Sin embargo, las normas de K-1, que exigen que los competidores no lleven barba, le presentaron un obstáculo. Su icónica barba trenzada, símbolo de su identidad, le hizo declinar esa opción, dejando en pausa su carrera en el kickboxing, aunque con la posibilidad de retomar el desafío en el futuro.
Este subcampeonato europeo no solo añade otro hito a su carrera, sino que también destaca su constancia y su compromiso con la excelencia en el kárate Kyokushinkai. Su trayectoria es una fuente de inspiración para jóvenes deportistas y un orgullo para Fuerteventura y Canarias, consolidándolo como una leyenda viviente de las artes marciales en las islas.