Desde el Centro Insular de Juventud, en el marco de la Feria de Emprendeduría, Empleo y Formación 2024, el absentismo laboral se posicionó como el tema principal en una mesa redonda que expuso las diversas realidades de este fenómeno. El informe Randstad reveló que, en 2023, las empresas españolas perdieron más de 12.245 millones de euros debido a ausencias laborales, una cifra que ha crecido un 74% en los últimos cinco años. Sin embargo, las posturas de los participantes mostraron que las causas y las soluciones distan mucho de ser unánimes.
La “tormenta perfecta” empresarial
Antonio Vicente Hormiga, presidente de ASOFUER, representó la postura de los empresarios con su característico tono directo: “Es una tormenta perfecta. Las bajas laborales, justificadas o no, generan sobrecarga en los equipos y deterioran el servicio. ¿Cómo gestionas un comedor cuando te faltan ocho de quince empleados? Sustituirlos es imposible porque simplemente no hay personal.”
Hormiga fue más allá, señalando que muchas bajas parecen coincidir con épocas de buen tiempo: “Los directores no saben qué hacer cuando trabajadores piden bajas en momentos clave. Parece que algunas personas prefieren el sol a la responsabilidad.” Su propuesta: otorgar mayor control a las mutuas para regular las incapacidades temporales.
La voz sindical: rigor y prevención
Carlos Castillo, secretario de Salud Laboral de Comisiones Obreras, refutó las generalizaciones, calificándolas de injustas: “El absentismo injustificado no supera el 2%, pero es fácil culpar a los trabajadores. Las bajas no se ‘cogen’; las expiden facultativos que han estudiado para ello. Las condiciones laborales tensionadas son el verdadero problema, no las personas.”
Castillo también subrayó la falta de un enfoque preventivo en los centros de trabajo: “Es necesario cuidar a los empleados para evitar incapacidades temporales. La sobrecarga y la presión en las plantillas generan un círculo vicioso de ausencias y desgaste.”
UGT y el enfoque integral
Auxiliadora Pérez, coordinadora insular de UGT, destacó la importancia de considerar factores estructurales: “El absentismo no es solo un problema individual. La falta de transporte, vivienda asequible y servicios sociales impactan directamente en la capacidad de las personas para trabajar.” Además, cuestionó la viabilidad de otorgar a las mutuas mayor control, argumentando que muchas patologías relacionadas con el trabajo, como el estrés y la ansiedad, no son consideradas enfermedades laborales por estas entidades.
Salud mental, el gran olvidado
El debate también abordó el aumento de las bajas por salud mental. Según datos de UGT, en 2024 se registraron 468.000 bajas por trastornos mentales, casi el doble que en 2016. “La pandemia cambió nuestra percepción del trabajo y la vida. Muchas personas priorizan ahora su bienestar, pero el sistema no está adaptado a esta nueva realidad,” afirmó Pérez.
¿Hacia dónde vamos?
Con posiciones enfrentadas, todos coincidieron en un punto: la necesidad de diálogo. Hormiga insistió en buscar soluciones conjuntas: “Esto no se arregla con paños calientes. Hace falta formación, conciliación y un cambio en cómo gestionamos el empleo.”
La Feria de Emprendeduría, organizada por el Cabildo de Fuerteventura y la Cámara de Comercio, sigue siendo un espacio para tender puentes. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿el absentismo laboral es un problema en sí mismo o el reflejo de un sistema que necesita reformas profundas?