Fuerteventura vive un fenómeno singular en el panorama regional: mientras la criminalidad desciende o se estabiliza en la mayoría de las islas, en la isla majorera aumentó un 11,4% durante los seis primeros meses de 2025. Según el Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior, entre enero y junio se contabilizaron 3.942 infracciones penales, frente a las 3.539 del mismo periodo de 2024.
La cifra representa 403 delitos más y confirma una tendencia ya detectada en el primer trimestre, cuando la delincuencia en Fuerteventura había crecido un 19,6% respecto al año anterior. En contraste, Tenerife redujo entonces sus infracciones un 3,8%, Gran Canaria un 6,7%, Lanzarote un 0,9% y las islas verdes superaron descensos del 20%.
Hurtos y robos al alza
Los delitos contra el patrimonio son la principal causa del repunte. Los hurtos se dispararon hasta los 1.148 casos, un 37,8% más que en 2024, consolidándose como el delito más numeroso y representando casi un tercio de la criminalidad de la isla.
También crecieron las sustracciones de vehículos, que pasaron de 22 a 38 (+72,7%), y los robos con violencia e intimidación, que subieron un 35,4% (65 casos frente a 48). Se trata de indicadores que apuntan a un aumento de la delincuencia de oportunidad, especialmente en entornos con alta presencia de visitantes.
Por el contrario, los robos con fuerza en domicilios descendieron un 5,6% y los delitos contra la libertad sexual se mantuvieron estables (45 en 2025 frente a 44 en 2024), aunque con un repunte de las violaciones: 7 casos en 2025 frente a 5 en el año anterior.
Los delitos de lesiones y riñas tumultuarias apenas variaron (+7,8%), mientras que los delitos de drogas registraron un descenso significativo del 30,8% (18 casos frente a 26).
La ciberdelincuencia, a la baja
En un contexto nacional donde las estafas online siguen creciendo, Fuerteventura registra un comportamiento diferente. La ciberdelincuencia cayó un 12,4%, con un total de 544 casos frente a 621 el año anterior. Las estafas informáticas —que siguen siendo la mayoría— descendieron un 10,2% (501 frente a 558) y los otros ciberdelitos bajaron un 31,7% (43 frente a 63).
Esta caída ha sido interpretada como un posible efecto de las campañas de concienciación y las mejoras en la detección de fraudes digitales.
Los municipios turísticos concentran el incremento
El análisis municipal confirma que el incremento se concentra en las zonas más vinculadas al turismo:
- La Oliva: con 1.052 infracciones en el semestre frente a 873 en 2024, registró un aumento del 20,5%. Los hurtos subieron un 30% (de 310 a 405) y los robos con fuerza un 70% (de 27 a 46). Pese al auge turístico, no se registraron delitos sexuales en la primera mitad de 2025, frente a 7 en 2024. La cibercriminalidad cayó un 35%.
- Pájara: acumuló 875 delitos frente a 658 el año anterior (+33%). Destacan los hurtos, que crecieron un 75% (330 frente a 189), y un incremento notable en los delitos sexuales (18 frente a 8, +125%). En cambio, los robos en domicilios bajaron un 20% y los delitos de drogas se redujeron un 85% (de 7 a 1).
- Puerto del Rosario: logró contener la criminalidad, con 1.263 infracciones frente a 1.340 en 2024 (-5,8%). Bajaron los hurtos (-11%), las sustracciones de vehículos (-42,9%) y las lesiones. Sin embargo, se duplicaron los robos con violencia (33 frente a 16) y aumentaron las violaciones (6 frente a 3).
En conjunto, La Oliva y Pájara sumaron 1.927 delitos en el semestre, un 25,8% más que en 2024, mientras que el resto de municipios, incluyendo la capital, permanecieron prácticamente estables (2.015 delitos frente a 2.008).
Conviene precisar que el Ministerio del Interior solo detalla datos desagregados para municipios de más de 20.000 habitantes. Por ese motivo en el balance no aparecen otros municipios de Fuerteventura, como Antigua, Betancuria o Tuineje, cuyos registros se computan de forma conjunta en las estadísticas globales de la isla.
Un reto para las autoridades
Los expertos apuntan a la recuperación turística y a la llegada de nuevos residentes como factores que explican este comportamiento. “Los indicadores de delincuencia [en Fuerteventura] son arrastrados al alza por el comportamiento de los dos grandes municipios turísticos de la isla: La Oliva y Pájara”, recoge el propio balance oficial.
El contraste con el resto del archipiélago es evidente: mientras en Canarias se detectó una caída en robos con fuerza, hurtos y sustracciones de vehículos, en Fuerteventura estos delitos aumentaron con fuerza.
Las autoridades ya han desplegado más efectivos de la Policía Canaria en zonas como Caleta de Fuste y se plantean campañas de prevención específicas en áreas turísticas. El reto, según el informe, es gestionar el auge de los delitos de oportunidad sin descuidar la contención de la violencia grave y los ciberdelitos.
Fuerteventura afronta un 2025 marcado por un crecimiento de la criminalidad atípico en Canarias. Los hurtos, robos y sustracciones de vehículos en las áreas turísticas disparan las cifras globales, mientras los delitos graves se mantienen bajos y la cibercriminalidad desciende. La capital, Puerto del Rosario, ofrece un contrapunto positivo al reducir globalmente sus cifras.
El reto de la isla es doble: contener el impacto de la delincuencia ligada al turismo y garantizar que Fuerteventura mantenga su imagen de destino seguro, alineándose de nuevo con la tendencia descendente observada en la mayoría del archipiélago.
