Canarias se prepara para afrontar uno de los mayores retos demográficos y económicos de su historia: la sostenibilidad del sistema de pensiones. Según un estudio de la Fundación Adecco, en 2035 por cada 3,3 personas que se jubilen en las islas solo una se incorporará al mercado laboral, un dato que sitúa al Archipiélago por encima de la media nacional (2,9) y que confirma una crisis de relevo generacional de difícil solución.
El informe, elaborado por el Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo, alerta de que Euskadi (4,6), Castilla y León y Galicia (4,4) lideran la lista de comunidades con peores previsiones, pero Canarias se encuentra en un grupo igualmente crítico junto a Asturias (4), Extremadura (3,6) y Cantabria (3,5).
Un problema estructural
La situación responde a dos factores: el progresivo envejecimiento de la población y la baja tasa de actividad de los jóvenes en Canarias, que sigue siendo inferior a la media española. Este desequilibrio amenaza la viabilidad de las pensiones en un territorio donde la dependencia de este sistema es elevada, especialmente en islas con mayor dispersión poblacional y menor dinamismo económico.
Expertos consultados subrayan que, si no se corrige la tendencia, el sistema de protección social podría enfrentar una presión insostenible en apenas una década. El reto no es solo económico, sino también social, al comprometer la calidad de vida de miles de familias que dependen de las pensiones como principal fuente de ingresos.
Dos posibles vías: natalidad y migración
El debate sobre las soluciones gira en torno a dos ejes. Por un lado, fomentar la natalidad a través de políticas activas de apoyo a las familias: incentivos fiscales, acceso a vivienda, conciliación laboral y servicios públicos de calidad que faciliten el cuidado de los hijos. España, y Canarias en particular, cuentan con una de las tasas de fecundidad más bajas de Europa, lo que agrava la falta de relevo generacional.
Por otro, favorecer la migración ordenada se plantea como una medida clave. El archipiélago, históricamente receptor de población, podría aprovechar este flujo para compensar el déficit laboral futuro. Sin embargo, los especialistas insisten en la necesidad de políticas integrales que garanticen la integración social y laboral de las personas migrantes, de manera que se conviertan en un recurso valioso para sostener el sistema productivo y las pensiones.
Canarias en la encrucijada
El estudio de la Fundación Adecco califica incluso a comunidades con mejores previsiones, como Murcia (2), Cataluña (2,2) o Baleares (2,6), de encontrarse en una situación “crítica”. Ello demuestra que el problema es de alcance nacional, aunque con especial impacto en regiones envejecidas como Canarias.
El archipiélago se enfrenta, por tanto, a la necesidad urgente de definir una estrategia dual: garantizar el futuro de las pensiones mediante el aumento de la natalidad y, al mismo tiempo, aprovechar la migración como un factor de rejuvenecimiento social y económico.




