Oasis Wildlife Fuerteventura ha cerrado una nueva edición de su campamento infantil Oasis Camp, un proyecto educativo pionero en España que ha reunido durante dos semanas a cerca de un centenar de niños y niñas de entre 4 y 12 años. La experiencia, desarrollada en plena naturaleza y en convivencia con más de 250 especies animales y vegetales, ha combinado formación medioambiental, acompañamiento emocional, actividad física y propuestas artísticas.
Diseñado por expertos en conservación, bienestar emocional, deporte y arte, el programa ha incluido actividades como el manejo de lémures, jirafas, rapaces o elefantes, enriquecimientos ambientales para hipopótamos, cocodrilos y tortugas, preparación de dietas para leones marinos, creación de semilleros, plantación con esquejes y elaboración de compost orgánico. También se han desarrollado talleres de escultura en barro, hélices de madera, joyería reciclada, mindfulness y entrenamientos deportivos.
Uno de los ejes diferenciales del Oasis Camp es su atención personalizada: un monitor por cada cuatro menores, con un equipo de educadores especializados en distintas disciplinas. Según su creadora y gerente de Oasis Wildlife, Guacimara Cabrera, “Oasis Camp no es solo un campamento de verano; es una experiencia transformadora. Aquí cada menor aprende a convivir con la naturaleza, a conocerse a sí mismo y a desarrollar valores que le acompañarán toda la vida”.
La doctora en educación María González ha liderado el área de bienestar emocional, mientras que la directora de Conservación, Soraya Cabrera, ha supervisado las experiencias con fauna y flora. El área deportiva ha estado a cargo de Néstor Rodríguez y las propuestas artísticas y escénicas han sido diseñadas por Manuel Andrade.
Desde su creación hace trece años, Oasis Camp se ha consolidado como un referente educativo innovador y accesible gracias al apoyo de la Fundación Chekipa, que permite reducir el coste del programa sin renunciar a la calidad, ampliando el acceso a familias que de otro modo no podrían costear una experiencia de este nivel.
Para Cabrera, el balance es claro: “No solo se entretiene, se acompaña, se inspira y se transforma. Es un intercambio constante: su curiosidad nos inspira y nos recuerda que trabajamos para un mundo mejor”.
