CCOO Canarias ha denunciado públicamente el abuso sistemático de las horas extras no pagadas en el Archipiélago, una práctica que, según la organización sindical, se ha convertido en una auténtica “rutina laboral” que perjudica gravemente a trabajadores, al sistema público y a la propia legalidad laboral.
De acuerdo con los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), más de 8.200 personas asalariadas trabajan cada semana sin cobrar ni cotizar por las horas extra que realizan. En total, en Canarias se contabilizan 129.984 horas extra semanales, de las cuales 32.360 no se pagan ni se registran oficialmente, lo que equivale a más de 800 empleos a jornada completa que no se crean, porque “es más rentable exprimir al personal que contratar a más gente”, afirma el sindicato.
Un fraude millonario
Este trabajo gratuito supone una pérdida estimada de 34 millones de euros anuales, que las empresas dejan de abonar en salarios, Seguridad Social e impuestos. “Un negocio redondo para las empresas, un desastre para la clase trabajadora y para el Estado”, subraya el comunicado de CCOO.
Además, cada trabajador o trabajadora pierde de media unos 87 euros semanales, lo que representa cerca de 4.526 euros al año que no aparecen ni en nómina ni en cotización. Según CCOO, “esas horas no solo no se pagan: ni siquiera existen sobre el papel”.
El sector público, a la cabeza del incumplimiento
La central sindical también ha denunciado que la administración pública es la que más incumple con esta práctica. Sanidad, educación y otras ramas del sector público acumulan 6.889 horas extra no pagadas a la semana, realizadas por más de 2.400 empleados públicos. “¿Qué ejemplo es ese?”, cuestiona el sindicato.
Este panorama se enmarca en un modelo laboral canario que CCOO califica de agotador y abusivo, donde los turnos partidos, las jornadas extendidas y el trabajo en fines de semana se han normalizado, y donde la jornada media anual supera en 63 horas a la media estatal.
Una exigencia clara
“Mientras algunas patronales siguen obsesionadas con el ‘absentismo’, nadie quiere hablar del verdadero agujero negro del sistema: las horas extra no pagadas”, denuncia la organización, que concluye su nota con una demanda contundente: “Exigimos control horario real, sanciones ejemplares, contratación justa y el pago de cada minuto trabajado. Porque trabajar no es un privilegio: es un derecho con salario, cotización y dignidad”.




